El último oso polar de África murió en un zoológico de Johannesburgo, Sudáfrica tras haber llorado durante varios meses la pérdida de su compañera de muchos años.
‘Wang’ tenía 28 años y padecía de artritis crónica e insuficiencia hepática. Desde que era un cachorro, este animal fue una de las principales atracciones del zoológico, que anunció que lo sacrificó por razones de salud.
El gigante peludo pasó sus últimos días extrañando a GeeBee, su compañera de 28 años que murió de un ataque cardíaco en enero de 2014.
Tras la muerte de la osa, Wang vagaba desanimado por el zoológico y se negaba a comer y a nadar.
Wang nació en un zoológico en Japón y GeeBee llegó de Canadá en un intercambio por leones. Ambos se conocieron en el Zoológico de Johannesburgo en 1986.