L. Shiryaeva, una mujer de 50 años, fue condenada a 19 años de prisión por el asesinato de su hija, de 23, quien sufría de parálisis cerebral, y de sus tres nietos, de tres, cinco y siete años de edad, a los cuales envenenó con una sustancia tóxica que agregó a sus comidas.
Durante el juicio, la mujer confesó que «Mientras todos estaban distraídos, salí y traje un paquete de veneno. Sabía que había veneno en la guantera del auto de mi esposo, así que lo agregué a la sopa, la revolví y luego alimenté a mis nietos y a mi hija con esa sopa».
En informes adicionales, se conoció que la causa del hecho se dio después de que la mujer perdiera a su esposo en un trágico accidente de tránsito, lo que hizo se viera obligada a asumir la responsabilidad de su familia y que al final, sobrepasada por la carga tomara esta terrible decisión.
A pesar de esto, los exámenes realizados arrojaron que Shiryaeva se encontraba en pleno uso de sus facultades en el momento del crimen, por lo cual El Comité de Investigación de la Federación Rusa la declaró culpable del homicidio.
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