Cuando murieron alias ´Raúl Reyes´ y alias ´Jojoy ,  en operativos cuidadosamente preparados y realizados por la fuerza pública, hubo en Colombia explosiones generalizadas de alegría. Algunos (digámoslo, muchos de ellos militantes o simpatizantes de la causa guerrillera), entre compungidos y furiosos, lanzaron este reproche: “es una vergüenza que se celebre la muerte de una persona” (http://www.blog.com.co/noticias-echa-tu-cuento/mono-jojoy-celebrar-no-celebrar/1865.aspx).

¡Bueno!, a lo mejor las viudas y ´dolorosas’ de Jojoy, cambien opinión por una vez, y exclamen conmigo ante la noticia de la muerte de alias ´Cuchillo´: ¡Gracias a Dios!

Nos alegramos por la muerte del tipo porque era un asesino redomado y un sádico. Y, lo peor, era un líder de asesinos, lo que incrementaba su peligrosidad; y, peor aún, era el nuevo socio de las farc en el negocio del comercio de coca; y, más peor que peor, su mayor ciencia era el cambalache de drogas (de las farc), por armas (para las farc).

Pero, a más amistad, más claridad. El asesino ´Cuchillo´ parece que no cayó en un operativo de la policía. Se murió, que es otra cosa (y, repito, ¡gracias a Dios!). Si hubo un operativo y el tipo estaba huyendo; y, si, huyendo, se ahogó, ¡perfecto! Hay que pagar los 5.000 millones de recompensa y todo lo demás: expresar felicitaciones, imponer medallas, otorgar ascensos, etcéteras. Pero, si como me soplan algunos amigos de Guaviare, el hombre murió en medio de un delirium tremens, producto de una de sus rascas pantagruélicas, las cosas cambian: ni recompensas, ni ruedas de prensa, ni ascensos…

Insisto: a más amistad, más claridad. Y yo soy amigo, el que más, de la fuerza pública.

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Redacción Minuto30

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