En días pasados en Corinto, Cauca, una Unidad Militar fue informada de la invasión de predios de un Ingenio azucarero por parte de 50 “indígenas” que intentaban quemar la maquinaria del sitio. En redes sociales circula un video en el que se ve como al llegar a restaurar el orden, los militares fueron recibidos con insultos y amenazas por los “indígenas”, llegando estos incluso a ponerle el machete en el cuello a un militar que únicamente cumplía con su deber constitucional. A los militares no les quedó de otra más que retirarse, humillados ante semejante agresión, impensable en otras épocas.

La escena es francamente indignante, pero es el resultado de una sucesiva desmoralización del Ejército por parte del Gobierno. A lo largo de estos 7 años y medio, Juan Manuel Santos se ha encargado de empoderar a los criminales y quitarle autoridad a la fuerza pública.

De haber respondido con el uso legítimo de la fuerza, amparados en la Constitución, muy seguramente la Unidad Militar estaría en problemas pues las ONG’s habrían pegado el grito en el cielo, defendiendo los derechos humanos de los victimarios. De haberse defendido, no hay duda que los militares estarían en la picota pública y sus victimarios, posando de víctimas.

El vídeo es un claro ejemplo de lo que ha venido pasando en los últimos años con los militares y policías de la patria. Se ven impedidos para actuar, temerosos de una justicia que privilegia a sus victimarios y los condena duramente por simplemente ejercer su labor constitucional de mantener el orden.

Y es que la actual situación de militares y policías es muy preocupante. Según el general en retiro Jaime Ruiz Barrera de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (ACORE), a 2017 habían más de 15.000 hombres investigados por actos cometidos en el servicio, de los cuales, al menos, 3.000 están privados de la libertad. Mientras los criminales son liberados, no se define la situación jurídica de los héroes de la patria. Pésimo mensaje que envía el Gobierno Santos: los terroristas en libertad y los héroes a la cárcel.

El próximo Gobierno tendrá la tarea de devolverle la dignidad a la fuerza pública, empezando por una reforma al Fuero Penal Militar. Debe ser la justicia penal militar y no la justicia ordinaria, que nada sabe de operaciones y tácticas militares y de policía, la que lleve a cabo las investigaciones por actos cometidos en el servicio.

Por ahora los colombianos sólo esperamos con ansias el fin del nefasto gobierno que acabó con la moral de las fuerzas armadas para satisfacer los caprichos de los terroristas. Los colombianos esperamos, con anhelo, el cese de esta horrible noche llamada Juan Manuel Santos Presidente.

@andresportillo_

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Redacción Minuto30

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