Nos acostumbramos a respirar un aire contaminado, sobrexplotado por la industria y con hábitos desmedidos. Un aire que va trayendo consigo deficiencias en la calidad de vida de los ciudadanos, principales deudores de la naturaleza y los primeros en creerse sus amos.

Si queremos que la tierra sobreviva y por ende cuidar nuestra salud, debemos involucrar a toda la sociedad, incluyendo gobiernos y autoridades en tomar acciones que protejan el medio ambiente. Un factor fundamental para esto es hacer cambios determinantes en la política de la tala de árboles, ya que estos recursos naturales son necesarios para la supervivencia gracias a su producción de oxígeno y su labor para sumir el carbono y ralentizar el calentamiento global.

Un árbol es capaz de producir el oxígeno necesario para 18 personas y con tan solo ocho de ellos pueden alcanzarse 9.5 toneladas de oxígeno que respira un ser humano al año. Por eso, no es lógico ni eco-lógico, que se concedan permisos para talar estos cuerpos arbóreos a cambio de urbanizaciones y ladrillos, mientras en el área metropolitana hay un déficit de 700 mil árboles por sembrar. Estos deben ser trasplantados en la mayoría de los casos que impliquen desraizarlos.

Medellín cuenta con cinco áreas naturales protegidas actualmente: tres urbanas correspondientes a 168.81 km², con un inventario arbóreo de 547.366 al 2015 y dos rurales con 519.728 árboles, además se espera llegar 180.000 ejemplares adicionales en el gobierno municipal vigente. Teniendo en cuenta estas cifras, ¿no sería beneficioso que por cada centro comercial o cada urbanización construidos en el futuro en el Valle de Aburrá, también sea sembrada la cantidad de árboles proporcional al área que estos ocupan?

No podemos subestimar la labor de estas fábricas de oxígeno que trabajan incesantemente para nuestra supervivencia, y que junto con las demás plantas, son responsables de aproximadamente una quinta parte del oxígeno del planeta. Aunque, al parecer, la administración municipal aún desconoce este rol. Es irrisorio que para la restauración y aumento de la cobertura boscosa de Medellín se destinen solamente $3.960 millones, pues no solo es necesaria la recuperación del paisaje sino el aseguramiento de una mejor calidad de vida.

Embellecer la ciudad no es el único papel que cumplen los árboles, por eso, el desafío es generar un compromiso colectivo, en el que tanto los ciudadanos como las autoridades aporten al cambio ambiental que requiere Medellín, sembrando más árboles.

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Redacción Minuto30

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