Lucero Cortés paga las cuentas de su marido estafador

Antes de reseñar sus enredos legales que la condenaron a cinco años de casa-cárcel, por tráfico de influencias (para beneficiar a su marido, campeón en líos) les recuerdo que Lucero Cortés fue actriz en “Padres e Hijos” y la muy lucida “Rosalbita Marulanda” en la novela “San Tropel” (1987), con Carlos Muñoz, Helena Mallarino, Yudy Enríquez y Guillermo Galves, entre otros, sin que el elenco tenga la culpa del camino tomado por ella.  También encarnó la “Mujer de Fuego”, en una película venezolana.

Por Edgar Artunduaga.

Fue reina de todo, incluyendo El Bambuco, modelo profesional y también abogada de la San Buenaventura. Se comenzó a interesar por la política desde muy joven, siguiéndole la pista a José Pardo Llada (q.e.p.d)

Los más jóvenes deben ubicarla ya en la Cámara de Representantes , elegida hace una década con 19 mil votos, en las listas uribistas, que reclutaron gente de farándula para “adornar” el catálogo de políticos desprestigiados del momento, incluyendo algunos que terminaron en las cárceles colombianas por paramilitarismo. Cortés era “llave” política del senador Efraín Torrado, muy cercano también al candidato y después Presidente Álvaro Uribe Vélez.

Después (sigo refrescando la memoria) el país enteró la vio llorar frente a Palacio, al término de una serenata que le ofreció a Uribe, en el final de su mandato de ocho años y cuando la Corte constitucional descartó una segunda reelección del mandatario.

La Corte Suprema de Justicia condenó a la ex congresista “por haber presionado a magistrados del Consejo Superior de la Judicatura para que sancionaran a un abogado”

Según Juan Carlos Salazar Torres (abogado de la contraparte de Rincón en un proceso por estafa),  Cortés y su esposo movieron influencias para recibir un castigo profesional.

Entre tanto, la abogada Cecilia Moreno le dijo a las autoridades que la congresista trató de influir en el magistrado Rafael Vélez Hernández para imponer dicha sanción y después ante magistrados de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, con la entrega de unos 150 millones de pesos.

“Nos están haciendo terrorismo moral”, respondió la señora Cortés, cuando comenzaron a aparecer denuncias contra su marido, cuando ella ejercía ya como congresista.

En su momento se dijo que “un grupo de empresarios duros del país está pensando en constituir una sociedad que se llame “Tumbacol”, que significa “Tumbados por Manuel Arturo Rincón Guevara”, el esposo de la representante a la Cámara Luz Emilia Cortés Méndez”

Ante la pregunta de que estaban debiendo mucho dinero, Lucero Cortés respondió:

-“ A nosotros también mucha gente nos está debiendo. Pero si eso es pecado, entonces yo no sé como funcionan las personas en el nivel de sus negocios familiares”.

La revista Semana comentó que algunos empresarios veían a Rincón Guevara como un magnate pero terminaron perdiendo miles de millones de pesos; abiertamente fueron “tumbados” y creen que la única manera de recuperarlos es por la vía judicial.

Por eso –decía la publicación- actualmente sus empresas Muebles Bima, Acociviles, Súper9 comunicaciones, Hogar saldos y KMS muebles, están todas embargadas en varios juzgados civiles y laborales de Bogotá. En las tres primeras, de acuerdo con los registros de la Cámara de comercio, la congresista Lucero Cortés figura como controlante de las empresas. En la práctica significa que ella tiene el poder mayoritario y el control sobre las mismas.

“Fue por medio de estas compañías que Rincón Guevara logró varios contratos. Con telecom, a través de Súper9, compró minutos antes para prestar el servicio de larga distancia nacional e internacional. Al final terminó adeudándole a la empresa estatal $4.500 millones. Con Bima se asoció para inyectarle capital. No puso ni un peso y los fundadores de las empresas, Felipe Biermann y su esposa , María Teresa Uribe, terminaron perdiéndolo todo. Con Pizano S. A. También quedó deuda. Lo mismo ocurrió con 11 empresas más, entre las que figuran las financieras Ingefin y Corfivalores de Cali, Porvenir y varios particulares”.

La lista de pleitos de Rincón ante la justicia es tan larga como las veces que supuestamente Cortés intervino ante las altas cortes en busca de torcer fallos, salvar a su marido de órdenes de captura y carcelazos (fue condenado por estafa en la adquisición de predios por más de 2.300 millones).

Se incluyen denuncias por un supuesto soborno para que la Corte Constitucional revisara una tutela que terminó favoreciendo a Rincón en el complicado caso conocido como “Superview”, empresa de televisión que tuvieron Cortés y Rincón.

Y como si fuera poco, Lucero también es investigada por su cercanía con la Dirección de Estupefacientes, la adquisición de un “narcocarro” y bienes que habrían recibido algunos parientes.

Con la herencia de su padre de que “no hay que perder tiempo”, la congresista Cortés se puso a la tarea de limpiarle el camino a su marido, Manuel Arturo Rincón Guevara, y para hacerlo acudió a poder político y condiciones histriónicas para torcerle el pescuezo a la justicia, incluyendo sanciones para los abogados que se atravesaron en su propósito.

Lucero Cortés, quien ya venía retenida en su lujosa residencia, seguirá en ella, hasta terminar los cinco años de cárcel que le impuso la Corte.

Recientemente dijo que se siente muy fuerte espiritualmente porque la Iglesia Cristiana a la que pertenece le ha dado herramientas para afrontar tanta infamia.