Fotografía de referencia/Tomada de guiainfantil.com

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La pregunta a cada caso de abuso o acoso sexual a un menor usualmente es ‘Qué tiene en la cabeza’. La pedofilia es un patrón de comportamiento sexual que consiste en conseguir la excitación o el placer sexual a través de actividades o fantasías sexuales con menores.

Los pedófilos, por lo general no utilizan el maltrato físico como herramienta sino la psicología, según la psiquiatra infantil Olga Albornoz, «a partir de seducción, convencimiento e incluso, de inocularle culpa al menor de edad».

A lo que la especialista agrega que estas personas poco empáticas «Tienen una incapacidad para mantener relaciones con adultos, lo que generalmente es condicionado por sentimientos de inferioridad y carencias afectivas. Esa es la razón por la que sus deseos se vuelcan en los menores, a quienes por su indefensión, pueden someter y dominar».

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Según la psicóloga y docente de la Universidad Autónoma del Perú, Ly Guevara Cardeña, en Diario Correo, estas características aunque no son reglas, ayudan a alertar sobre la pedofilia en una persona.

  1. Adulto que busca tiempo a solas con el niño o la niña.
  2. Muestras de cariño o afecto excesivas e inoportunas, sin razón aparente.
  3. Juegan mucho con los menores con el fin de ganarse su confianza. Muchos de estos juegos guardan secretos que prohíben contar a
  4. sus padres, primero con persuasión y posteriormente con amenaza.
  5. Una vez ganada su confianza, trata al niño o a la niña como adulto y busca incitar a juegos o provocaciones de adultos.
  6. Si hay carencia física y/o emocional de alguno de los padres, los pedófilos buscan llenar ese vacío a través de regalos, caricias,
  7. halagos, conversaciones en los momentos precisos.

La vulnerabilidad de los menores ante los pedófilos se puede prevenir

  1. Generando lazos de confianza y comunicación entre padres e hijos.
  2. Entendiendo que los niños desde que nacen son seres sexualizados, por lo que se debe tener cuidado en quien los toca y quien los
  3. cuida.
  4. Enseñando desde pequeños el cuidado y respeto por su cuerpo y el de los demás.
  5. Cuidando el contenido virtual que manejan los niños a temprana edad y dialogando al respecto, escucharlos y resolver dudas.
  6. Buscando ayuda profesional, si el caso lo requiere.

Este trastorno no diferencia entre familiares, estratos socio-económico ni oficio.

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