Cada tanto se publican artículos que respaldan la vida en pareja como un factor que contribuye a tener hábitos de vida saludables, que disminuye los riesgos de enfermedades crónicas y aumenta las expectativas de vida frente a aquellos que terminan sus días solos. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, determinó todo lo contrario: que los hábitos poco saludables se adquieren más fácilmente cuando se vive acompañado.

La investigación tomó a 122 parejas hetero y homosexuales, con periodos de convivencia de 8 a 52 años. La mayoría refirió una mala influencia de alguno de los dos, en costumbres insanas como malas dietas, fumar o pocas rutinas de ejercicio. En el caso de los heterosexuales, en la mayoría de los casos, se asumió al hombre como el agente negativo.

Sin embargo, la experiencia de algunos expertos no respalda del todo estos resultados, pues los hábitos individuales son una sucesión de factores que van desde lo aprendido en la infancia, hasta las experiencias personales, como las relaciones previas.

medplus parejas app

De acuerdo con la sicóloga clínica Ximena Florez, especialista adscrita a MedPlus, estos son algunos de los factores que construyen los hábitos:

> Biológicos: los genes e historia familiar influyen en el comportamiento. Existe una historia de aprendizaje determinada por lo que se observa en las relaciones de los padres y distintas parejas de la familia. Depende también de cada uno aprender de los errores de quienes nos rodean.

> Crianza: el tipo de formación que ha tenido el niño determinará las relaciones que logrará el adulto. Si son tormentosas o inadecuadas, el modelo de crianza debió ser autoritario, si las características de las relaciones de pareja son funcionales, es porque se formó bajo un modelo democrático; pero si son inestables, el modelo de crianza muy seguramente fue permisivo.

> Personalidad: la percepción de los sucesos está basada en la mirada individual construida a partir de la personalidad. Por eso, dice la experta, las características positivas o negativas de la pareja, las elige quien está con ella.

> Relaciones pasadas: historias de las parejas anteriores influyen en el presente. Lo vivido marca y los errores deben servir para aprender.

> Autoestima: mantener equilibrados la autoeficacia, la autoimagen, el auto concepto es básico para adquirir buenos hábitos de pareja, pues el amor siempre comienza por cada uno, porque quererse permite querer al otro.

> Comunicación: la forma en la que esta se haya basado desde el principio de la relación permitirá que se adquieran o mantengan hábitos positivos de la pareja.

Al respecto, el sicólogo William Díaz, magíster en terapia familiar sistémica, director de la Organización Internacional para el Desarrollo Psico emocional, asegura que cada uno es el responsable de permitir los hábitos positivos o negativos de su pareja. Esa frase de “así me conociste…” no puede permitirse, pues cada individuo pasa por distintas etapas de su vida que merecen cambios en determinadas costumbres que ya no pueden ser aceptadas.

“Es obvio que en los primeros años hay un encantamiento y cada uno muestra lo mejor de sí para conquistar al otro, como sucede hasta en los animales cuando hay un cortejo para mostrarse como el mejor espécimen. En esta etapa es difícil adquirir comportamientos negativos, pues prácticamente no se muestran”, dice el experto. Luego, viene una etapa en la que los dos verán con mayor claridad los defectos del uno y del otro –añade-.  Si decidieron continuar la relación, cada uno asumirá los cambios pertinentes, basados en la decisión del amor. “Pero si alguno continúa con una conducta insana, y el otro no se lo hace saber, no establece límites, será difícil que quien incurra en ellos sea consciente y pueda cambiarlos. Mis malos hábitos son responsabilidad de quien me está permitiendo tenerlos”, asegura.

Si se le consiente al otro continuar con el defecto que lesiona la relación, después será muy difícil cambiarlo, aunque no imposible. Y es importante tener claro que una conducta inadecuada no se “contagia” del uno al otro, sino que se permite. “Por eso sugiero revisar quién es usted para tenerlo muy claro, porque las decisiones que tome en una relación son muy importantes. Decida bien de acuerdo con lo que usted conoce de sí mismo: qué soy, cuáles son mis características buenas y cuáles no tanto”, aconseja el doctor Díaz.

Pares e impares

Los expertos coinciden en asegurar que la mayoría de las parejas se buscan con características similares. De lo contrario, cuando son determinantemente opuestos, la relación tiende a fracasar. Además, cada uno asume un rol que se mantendrá con el paso del tiempo.

Explica el doctor Díaz que cuando pasa el tiempo y se ven los errores del otro, basados en el amor, se es capaz de cambiarlos, pues han tomado la decisión de quedarse juntos, a pesar de que encuentren ‘afuera’ a alguien emocional, sexual o físicamente mejor. “Eso es madurez, que significa modificar juntos lo que no es tan bueno”, dice. El gran problema de la sociedad, añade es que “hoy todo está planteado de manera idílica, todo lo que no sea encantamiento no sirve”.


Fuente: Revista MedPlus
ED 80

Compartir:
  • Comentarios

  • Anuncio