Mientras las personas ven porno, una serie de procesos químicos en el cerebro podrían afectar diferentes formas sin que siquiera, lo noten.

Según psicólogos y neurobiólogos, ver porno continuamente daña la actividad cerebral, aún cuando los efectos no son los mismos en todos los consumidores.

Ian Kerner, es un psicoterapeuta y consejero sexual, que destaca que el consumo exagerado de pornografía podría terminar en ansiedad, depresión o trastorno bipolar, puesto que las «neuronas espejo» se encargan de hacer que la persona busque emular ciertos comportamientos.

«No es que la pornografía los lleve a padecer esto, sino que es un resultado de otros trastornos. Cuando las personas se sienten solas o tristes recurren a la masturbación como una manera de sentirse un poco mejor o de consolarse», destaca.

Por su parte, la dopamina causa una especie de adicción que impulsa al cerebro a buscar más placer y en largo plazo, esto hace más lentos los procesos de aprendizaje.

Pero la experta también apunta que la pornografía trae beneficios en espacios en donde la libido está alta y una pareja no está en condiciones de tener relaciones sexuales.

 

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