Es importante tener en cuenta a la hora de tatuarte, que el proceso va más allá que simplemente escoger el diseño que llevarás por el resto de tu vida.

Cabe resaltar que una vez hecho el dibujo en la piel, ya no quedará tiempo de arrepentimientos, por lo que visitar diferentes estudios y conocer varios artistas sobre el estilo que más te gusta no está de más.

La limpieza del lugar es crucial y debe contar con todas las normas de salubridad. Una vez vaya a comenzar el proceso de tatuado, verifica que las agujas que van a ser usadas estén nuevas y que sean abiertas frente a ti.

La comunicación con el artista que va a tatuarte es de suma importancia, por lo que si hay algo con lo que no te sientes cómodo, debes decírselo.

Ahora, está claro que los tatuajes no son baratos. Recuerda que no estás pagando solo por la tinta, también por el trabajo del tatuador, su diseño, espacio y tiempo, por eso si te ofrecen un tatuaje barato, ¡duda!

Antes del día de realizarte el tatuaje, debes dormir mínimo ocho horas y comer muy bien, pues someterás tu cuerpo a una sesión de dolor.

Aléjate del licor, pues este diluye la sangre y puede hacer que sangres más.

El dolor depende de cada persona, pues todos tienen umbrales diferentes. Eso sí, las costillas, glúteos y pies suelen ser las zonas más sensibles.

 

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