Para , el mandatario saliente de Costa de Marfil, las horas parecen contadas hoy cuando fuerzas francesas y de su contrincante, Alassane Ouattara, están a punto de tomar su mansión en esta capital.

Dos días de bombardeos por el contingente francés Licorne y helicópteros de la ONU, incluida la destrucción de su mayor arsenal en esta ciudad, han sido suficientes para acorralar a Gbagbo, quien rehúsa entregar la primera magistratura a Ouattara, considerado presidente legítimo por la ONU, Francia y Estados Unidos.

Al filo del mediodía de este miércoles las tropas coaligadas estaban en la mansión de Gbagbo, a quien sólo le queda la alternativa de rendirse a su contrincante «para ser juzgado por varios delitos», según precisiones de Afousy Bamba, un portavoz de Ouattara.

Aunque la situación es confusa, está claro que el reticente mandatario carece de alternativas, tras negarse a negociar con los mediadores que buscaban una salida incruenta a la crisis, que estalló en noviembre pasado, tras la segunda vuelta de los comicios, ganados por Ouattara, según la ONU.

Aún no ha sido capturado, pero (las tropas de Ouattara) están en el edificio, aseguró el informante.

La noche y madrugada del martes a hoy fueron candentes en esta ciudad, capital económica marfileña, escenario de combates entre el ejército y la policía, fieles a Gbagbo, y la milicia Fuerzas Nuevas, del primer ministro Guillaume Soro, quien rompió lanzas por Ouattara.

Represalias contra partidarios de uno y otro han ocasionado la muerte de centenares de personas, incluidas, la semana antepasada, dos decenas de mujeres que demandaban la salida de Gbagbo.

La pugna por el sillón ejecutivo, además, ocasionó la subida en flecha de los precios del cacao, principal producto de exportación de este país de Africa occidental, después que la Unión Europea y Estados Unidos decretaran sanciones contra Gbagbo.

Abiyán, 6 abr | PL

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Redacción Minuto30

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