Lo que en el colegio nos alcanzaba para comprar pizza, crispetas y gaseosa al día de hoy ya no nos sirve ni para las solas crispetas. Desde 1990 la inflación promedio en Colombia ha sido de 11% es decir que si en los 90 un artículo costaba $1000, al 2017 el mismo cuesta $3.960, esta es una cifra la cual se debe desmenuzar con tacto, ya que el promedio de 1990 al 1999 es de 21.4% y el de 2000 a 2009 fue 6%, esto claramente evidencia que la política de mantener y disminuir la inflación arranco a partir del siglo XXI, más aun para 2010 en adelante este indicador ha llegado a 3.6% en promedio; todo esto de las cifras a veces es un poco engañoso si se ve desde un solo punto de vista, en el 2015 la inflación aumentó a 6,77% y para los próximos años el Banco de la República espera una inflación de más del 5%.

Puesta toda esta información a dinero real si hoy percibimos como ingreso $1.000.000, todo en lo que invertimos el año próximo alcanzara para un 5% menos, lo podemos ver como si en el 2018 recibiéramos $950.000, es por esto que cuando se reúne el gobierno con los empresarios, agremiaciones y sindicatos a fijar el nuevo salario mínimo, toman en cuenta en gran parte la inflación, ya que sería injusto obtener un sueldo que año tras año ya no alcanza para lo mismo. Lo que nos dice el Banco de la República es que “la Caída (duradera) en los precios internacionales del Petróleo, a partir de julio de 2014 genera: – Menos ingresos por exportaciones. – Menos Inversión Extranjera Directa. – Menos ingresos del Gobierno Central • Condiciones financieras externas menos holgadas. • Menor crecimiento en algunos socios comerciales (Emergentes).

Si a todo lo anterior le sumamos la devaluación del peso, tenemos que saber que habrá también aumentos en impuestos y recorte de inversión, aparte algo que ya está sucediendo es el incremento en las tasas de interés por parte del Banco central, lo que conlleva al aumento en tasas de todo el sector financiero, esto con ánimo también de disminuir la inflación.

La inflación se ve altamente afectada por el precio de los alimentos, esto debido al fenómeno del niño y los altos costos de producción agrícola; así las cosas la inversión básica de todo colombiano en canasta familiar es cada día más costosa y con los nuevos impuestos que traiga el bajón económico habrá que apretarnos un poco en gastos e invertir mejor nuestro presupuesto mensual, aquí es donde la teoría se debe volver práctica, no se puede permitir tener un balance rojo al final del mes, ya sea que trabajemos, estudiemos o solo percibamos la renta de nuestros padres, hay que hacer una planeación estratégica del dinero como lo mencionamos en el primer capítulo y así sobrellevar estos momentos difíciles para las finanzas nuestras y de la nación en general.

Esto nos plasma lo que se viene exponiendo a lo largo de este artículo, la crisis climática, el alza en los precios de la canasta familiar, la devaluación del peso, el alza en las tasas de interés y muchos otros factores generan que la demanda interna del país tenga una tendencia a la baja, es decir, la población ya se está empezando a apretar el cinturón. Sin embargo, el DANE y el Banco de la República proyectan que el PIB (Producto interno bruto) vaya hacia arriba, esto ya que los recortes en presupuesto no son tan amplios dado el aumento que se planea en los impuestos para sobrellevar la crisis que está pasando, entonces, se debe ser austero e invertir lo necesario por esta época, pero se prevé vendrán tiempos mejores a futuro.

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Redacción Minuto30

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