Momentos antes de comenzar el partido entre Colombia y Ecuador se confirmó la renuncia del presidente de Atlético Nacional Juan Carlos de la Cuesta. Fue una situación tan sorpresiva, que inclusive las redes sociales lo ubicaron como tendencia por encima de la Selección Colombia.

De la Cuesta, llegó a Atlético Nacional en el 2010, año en que el equipo antioqueño comenzó un nuevo proyecto deportivo y ejecutivo. Ofreciendo frutos al año siguiente, con el título obtenido por Nacional en el torneo apertura de 2011 y su consagración con el título de la Copa Libertadores en 2016; competencia más importante de Sudamérica. Su postura siempre estuvo consignada en la continuidad de jugadores y cuerpo técnico, así logro evidenciar que se podía ser competitivo deportivamente y económicamente, equilibrando a Atlético Nacional a la altura de los clubes más importantes del futbol internacional.

Sin embargo, lo que todo parecía unidad y armonía alrededor de De La Cuesta, terminó esfumándose de manera extraña, y sin reflejar la fraternidad que existió, mientras este fue Presidente; anunciando sin pasar ni siquiera un día, su nuevo reemplazo. Acto descortés, injusto y patán contra el presidente más ganador de la historia del Club Atlético Nacional.

Aunque lo anterior, apenas es el comienzo de la “hora boba” de los directivos de Nacional, quienes no solo tuvieron la displicencia de nombrar un nuevo Presidente en cuestión de horas sino que nombraron al exdirector de Coldeportes: Andrés Botero Phillipsbourne, el cual deberá responder por el fracaso a nivel estructural que tuvieron los Juegos Nacionales de Ibagué del 2015.

El exdirector de Coldeportes nombrado en su momento por Juan Manuel Santos, siempre negó retrasos en obras para la construcción de escenarios deportivos para el desarrollo de los Juegos Nacionales en Ibagué, haciéndole así, el juego a contratistas. Y quedando en evidencia, tras la evaluación que realizó la Sociedad Colombiana de Ingenieros hace poco: los graves actos de corrupción que se llevaron a cabo, durante la ejecución de los diferentes contratos de escenarios deportivos, y que a pesar de que eran notorios por sus retrasos y mala calidad. Botero, el hoy Presidente de Atlético Nacional, siempre dijo que alcanzarían a estar listos los escenarios, cosa que nunca se dio, y que permitió recordarnos el episodio del carrusel de la contratación de la calle 26 en Bogotá: “ya casi está lista”, decían.

Y si el “acierto” de elegir a Botero en reemplazo de Juan Carlos de la Cuesta, era mostrar su hoja de vida como Presidente del Comité Olímpico Colombiano, pues tampoco aplicaría, ya que en su gestión entre 1997 y 2009, Colombia sólo ganó una medalla de oro (María Isabel Urrutia en Sídney 2000) en las más importantes justas deportivas del planeta.

Así las cosas, algo no está bien a nivel administrativo en Atlético Nacional, la decisión de aceptar la renuncia de De la cuesta es muy extraña, y más aún con la elección de su reemplazo al instante. Botero, Un hombre que no es del fútbol y que no tiene cercanía con el Club, tendrá el reto de demostrar que puede llevar al equipo antioqueño mucho más alto que De La Cuesta.

Por lo pronto, solo quedará expresar admiración y respeto por un ejecutivo como Juan Carlos de La Cuesta, el cual, siempre mostró sentido de pertenencia, liderazgo, progreso y decencia. Un ser humano intachable, que una sociedad como esta necesita para brindar esperanza y ejemplo a la presente y futuras generaciones.

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Redacción Minuto30

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