Ariel Peña

Es indiscutible que para la obra literaria de García Márquez, fallecido el pasado jueves Santo, la muerte no es nada, ya que físicamente entro en el descanso eterno, la infinita calma y la quietud perpetua, pero los lectores de sus libros aumentaran en todo el planeta, porque para la grandeza literaria de Gabo no existirá la muerte, además hay que agregar que el escritor de Aracataca ha sido el representante más ilustre de Colombia en el exterior después de la independencia.

Ariel Peña

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Recordando que apenas en Latinoamérica han logrado Ganar el Premio Nobel de literatura, desde que existe ese Galardón, solo seis escritores, los Cuales son: la Chilena Gabriela Mistral en 1945, el también Chileno Pablo Neruda en 1971, el Guatemalteco Miguel Ángel Asturias en 1967, el Mexicano Octavio Paz en 1990, el Peruano Mario Vargas Llosa en 2010 y desde luego García Márquez en 1982, situación que demuestra a las claras lo que significa para el país el difunto escritor en materia literaria.

Sin embargo puede ser parte del realismo mágico, la cercanía del autor de “cien años de soledad” con el dictador Cubano Fidel Castro, quien es considerado por muchos como el déspota más sanguinario de Latinoamérica en los dos últimos siglos, por eso como parte de esa ficción en donde no hay lógica, no se puede concebir que García Márquez a quien su obra se podría ubicar en el campo Libertario antagónico del comunismo totalitario, hubiera apoyado a un gobernante acusado de genocidio y tortura, quien instauró una tiranía implacable hace 55 años.

Porque se debe de recordar que grandes artistas de la humanidad, ante las injusticias que cometieron sus correligionarios y amigos se separaron de ellos, fue el caso del pintor Español Pablo Picasso, quien rompió el carné del partido comunista, por la invasión de la Unión Soviética a Hungría en 1956, así que la cercanía del nobel con Fidel Castro no solo fue un exabrupto, sino que además queda como incógnita, pues no se entiende como un escritor que en sus obras denuncia la opresión, sea amigo de un predador de las libertades individuales.

Otras críticas que se le hacen a García Márquez, fue la falta de apoyo a su pueblo natal Aracataca, lo cual es una cuestión personal, que pertenecía al fuero interno del escritor, pero también a Gabo lo acuso de plagio el también nobel Miguel Ángel Asturias, tan pronto salió “cien años de soledad” diciendo que se asimilaba a una novela del Francés Honorato de Balzac titulada “Búsqueda del Infinito” posición que fue respaldada muchos años después por el escritor Antioqueño, Fernando Vallejo en la segunda Feria Internacional del libro en Guatemala a donde fue invitado, planteando además que “cien años de soledad” estaba en una prosa cocinera y chismosa, pero a pesar de las criticas de otros literatos, la difusión de la obra del Hijo de Aracataca ha sido universal, y al conseguir el Premio Nobel , la Academia demostró que se estaba ante un gigante del idioma Castellano comparable con Miguel de Cervantes Saavedra.

Entonces   los cuestionamientos que se le hicieron a Gabo desde el punto de vista literario, chocaron en contra de una muralla, pero ya mirando sus posiciones políticas, especialmente en la amistad con el Sátrapa de Fidel Castro, la censura no cejara por parte de muchos, aun después de su deceso.

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Redacción Minuto30

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