Comenzaré por enunciar que los únicos que parecen tener los pies en la tierra en cuanto a la realidad económica de lo que aporta la minería al país, son Duque y Vargas Lleras, ambos dejaron de lado la idiotez de decir no a la explotación de los recursos, y hablar francamente frente a las necesidades que tenemos y la forma correcta de hacerlo.

Sacrificaron las falsas notas populares de ambientalistas, por afrontar con respeto la razón esencial de tener recursos y regalías para un país que se sigue desangrando en la indiferencia social, pero sobre todo, en la mediocridad de esperar que el Estado sea padre de las necesidades humanas.

A cambio, tenemos otra tanda de candidatos, con perfiles de grandes héroes que protegen con poderes sobre humanos la naturaleza, y recurren al miedo popular para decirle a la gente que la minería es el diablo, que el petróleo no sirve para casi nada y que la mejor salida son energías limpias, en las cuales aún no tenemos los recursos para invertir, ni los tendremos prohibiendo todo aquello que los genera.

Cuenta tontería y teoría de los cabellos, se imaginan para el descredito de un sector que sigue sosteniendo empleos, familias y billones mal gastados, que no es culpa de la actividad minera, sino de un gobierno inoperante y desafortunado, que jamás fue capaz de ir en defensa de la inversión, el trabajo y el desarrollo real, una cosa decían en privado para el sector productivo, y otra diferente se aplicaba políticamente. Quizás hoy lo único que pedimos en este sector, es que el próximo presidente sea serio, y cuando hable sea correcto con sus compromisos.

Cuando Fajardo fue gobernador, quizás el peor gobernador en la historia de Antioquia, nos entregó un sector minero desgastado, destruido y quizás una institución que tiene más historia que muchas en América Latina, a portas de ser asumida por el centralismo propuesto en la minería. Durante su gobierno la minería se estancó. Él aborrecía el sector, hasta que le informaron cuanto recibía el departamento producto de los cánones superficiarios, cuántos puestos de trabajo se generaban y cuánto presupuesto de regalías producía el departamento entero.

Sin embargo, su falta de carácter y pantalones, solo nos trajo un atraso de cuatro años, de empresas aisladas, especuladores fortalecidos y la fuga despavorida de quienes se cansaron de una política fracasada y sin solución a la vista.

Hablar de Petro en temas de minería, es en si mismo un chiste, uno que se cuenta solo cuando comienza con sus argumentos poco probables de un sostenimiento económico real para el país, el primer enemigo del extractivismo siempre es la izquierda hasta que prueba el poder, se queda sin dinero para políticas de regalos sociales, y se ve obligado a explotar sin misericordia el medio ambiente, para lograr tener más para destruir más.

Una excusa muy de moda para ganar el favor popular juvenil, que entre otras cosas no lee, no se instruye y se enfoca en el odio visceral al desarrollo, en decir a todo NO, no carreteras, no minería, no petróleo, no hidroeléctricas, no desarrollo; y eso lo entienden a cabalidad candidatos como Petro, Fajardo y de La Calle, que sobre entienden que un país con mínimo un dedo de frente y un día dedicado a la historia, jamás elegiría un populismo barato, basado en el miedo a la contaminación y el odio a quienes han generado empleo de calidad.

¿qué harían estos personajes abiertamente populistas, dedicados los tres sin reparo alguno, al gasto público en publicidad, con una institución como la ANM?

Vargas y Duque, quizás sean la mejor opción para el desarrollo económico basado en la extracción lícita de minerales, ambos señores, con diferencias en sus planes de gobierno, pero que han identificado con claridad que para sobrevivir como país, necesitamos una proyección clara de la explotación de nuestros recursos, y lo han dicho con total claridad, sin miedo a ser acusados, este tema no se trata de populismo, sino de realidades.

Que diferente es un discurso basado en la lógica económica al del populismo, mientras unos hablan de confrontar sin cuartel la minería ilegal, la explotación irracional y las bandas criminales que tienen destruido el medio ambiente, los que no pagan regalías y no compensan a las comunidades con elementos diferentes a plomo, los otros candidatos hablan de acabar con la industria minera, con los que realizan estudios de impactos ambientales, programas técnicos ingenieriles serios, pero de los ilegales, absolutamente nada.

Cautivar incautos es la campaña de hoy, el desarrollo poco importa si lo importante es el voto popular, defraudar al ciudadano con ilusiones imposibles.

@juancaval

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Redacción Minuto30

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