La pandemia del coronavirus no puede ni debe seguir paralizando ninguno de los sectores de la economía.

Si algo tenemos que haber aprendido de esta desgracia global, es que el dilema no es escoger entre la salud y la economía, como equivocadamente se hizo en principio para evitar el contagio optando por la cuarentena y parando la economía para salvaguardar la salud, como se hizo en varios de los países desarrollados a donde impacto primero el virus y en consecuencia en los países subdesarrollados como el nuestro a donde por imitación se adoptó la misma estrategia.

Sin economía no hay subsistencia y por supuesto paralizándola lo único que se logra es acrecentar con creces la catástrofe, creando otras desgracias muy susceptibles que son imposible de subsanar rápidamente y para ellas no existe vacuna, protección o laboratorio alguno. Si bien el Coronavirus está afectando a la humanidad, este no tiene por qué afectar a la economía.

El Covid-19 se propaga con el contacto y eso ya está comprobado, en consecuencia, la estrategia solo debe estar dirigida a evitar el contagio por contacto, utilizando todos los medios y tecnologías necesarias, empezando por la educación a todas las personas como disco rayado, haciendo hincapié en la disciplina de la protección estricta con asepsia de todas las personas y lugares, ordenando e impartiendo su cumplimiento por parte de las autoridades y aprendiendo a convivir con el virus.

Con todo esto seguramente va haber más víctimas, pero hay que decirlo claramente ese es un riesgo y una consecuencia inevitable de una pandemia.

La economía tiene sus propios virus, como la inflación, de deflactación económica, la especulación, el agiotismo, el acaparamiento, el endeudamiento, etc., como para sumarle otro de origen sanitario y esto resultaría absurdo y muy contradictorio a la lógica, pero lo estamos haciendo.

Construir macroeconomías y también microeconomías demora mucho y hacerlas grandes siglos, sin embargo, destruirlas es muy fácil sobre todo cuando la irracionalidad humana hace de las suyas y muchos son los ejemplos de economías robustas absolutamente empobrecidas por absurdos manejos económicos ideológicos como es el caso de Venezuela y Argentina, otrora potencias petrolera y agropecuaria del orden mundial.

Con la tecnología y los avances actuales de la ciencia, las vacunas y los antídotos, se crean rápidamente en los laboratorios para contrarrestar cualquier enfermedad, virus, germen o infección y con seguridad no solo este virus del Covid-19, sino todos los que vengan en el futuro serán superados por la humanidad con el grado de desarrollo tecnológico y de investigación que hemos alcanzado y que seguimos desarrollando. Sin embargo, llama mucho la atención en esta pandemia que el sistema inmunológico del ser humano que es tan prodigioso y el mejor laboratorio jamás creado para contrarrestar cualquier mal de la salud, se haya subestimado tanto.

Sólo se habla de datos y de curvas del comportamiento de la pandemia y los presidentes de los países, ministros, gobernadores y alcaldes parecen científicos explicándolas, pero asombra muchísimo que poco y nada estos personajes y las organizaciones mundiales y locales de la salud, se hayan centrado en lo más elemental y fundamental para contrarrestar este tipo de virus o infecciones, como es dotar al ser humano de defensas fortaleciendo su sistema inmunológico, como la mejor alternativa efectiva contra los patógenos que hoy afectan a la humanidad.

Eso tan sencillo como nutrirse bien para generar defensas y sus debidas instrucciones, han pasado de agache y sin la menor relevancia para los gobernantes que no le han dado ninguna importancia increíblemente.

La economía y la salud del ser humano son complementarios, pero son dos aspectos diferentes de la vida. Con igual importancia y relevancia se deben manejar, pero no se pueden mezclar como se ha hecho en esta pandemia. En Colombia los muertos por el coronavirus están cercanos a las 800 personas.

Paralela a esta inevitable, preocupante y triste cifra y solo para señalar un indicador, el desempleo que ha generado el manejo irracional de la pandemia decretando cuarentenas inoficiosas, ha sido cercano a un 1.600.000 personas sin empleo que mantienen su hogar (tres personas en promedio).

Esto sin contar las pérdidas acumuladas incalculables que han tenido que asumir empresarios, comerciantes, industriales e independientes hasta la fecha. No sabemos cuáles son las enormes pérdidas económicas generadas en esta pandemia, sin duda ya billonarias, pero lo que sí es preciso indicar es que estas no las causo el coronavirus. Estas pérdidas incalculables a la economía, las ha causado el manejo irracional, improvisado, demagogo y populista del coronavirus por parte nuestros gobernantes, así de claro y así de sencillo.

La cuarentena era necesaria únicamente por los primeros días y mientras se implementaban todos los mecanismos para evitar el contagio, pero su prolongación innecesaria e irresponsable en el tiempo por parte de nuestros gobernantes con seguridad ha producido efectos a nuestra economía mucho más letales que el coronavirus.

La economía está colapsando y va ser muy difícil recuperarla en el corto y mediano plazo. Curiosamente imitamos y optamos por la cuarentena como contradictorio método para contrarrestar el contagio inicialmente, pero no imitamos el método de manejar el virus sin cuarentena, con altos estándares de protección y sin paralizar la economía, que tan buenos resultados le dio a varios países desarrollados. Increíblemente, después de dos meses de cuarentena y con la economía paralizada, todavía el presidente sigue considerando ampliar la cuarentena después del 1 de junio.

Duele muchísimo el número de muertes que ha generado el coronavirus, por lo demás muchísimo menos letal hasta el momento por estadísticas anuales que el cáncer y otros virus. Sin embargo, es preciso resaltar y con orgullo, el impecable manejo médico para recuperar la salud de los infectados, que ha sido realmente extraordinario, más de 5.000 personas ya gozan de buena salud y los otros 20.000 infectados están debidamente manejados. Sin lugar a dudas los grandes triunfadores hasta el momento en el manejo de esta pandemia ha sido el sector de la salud, con el idóneo personal médico, paramédico y administrativo de nuestras entidades de salud. Para ellos todo el reconocimiento, que gran labor.

El sector de la salud con sus carencias ha sabido manejar de la mejor manera la emergencia, tanto así que el 90% de las UCI hoy están desocupadas. Con su consabido bajo perfil y sus altísimos estándares de eficiencia y eficacia, es preciso darles toda nuestra gratitud por esa magnífica labor.

Estamos a tiempo, aunque el daño ya está hecho, para levantar de manera radical la cuarentena y darle a la economía todas las herramientas para reactivarse. Muy pronto sabremos cuales, y cuantos han sido los daños innecesarios generados a la economía, pero desde ya les anticipo que son enormes y que el virus no los causo.

@PoliticaPuntual

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Redacción Minuto30

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