La producción de cacao en Colombia ha ido en aumento durante los últimos años, creciendo en un 53% entre el 2011 y el 2016, según cifras arrojadas por El Fondo Nacional del Cacao; para quienes conocen el contexto colombiano y los antecedentes del país, esto no puede ser más que un motivo de orgullo.

La mayor parte del cacao colombiano viene de regiones que fueron azotadas por la guerra durante las épocas de violencia en el país, zonas como Santander, Arauca, Tolima y Norte de Santander tuvieron que padecer el desplazamiento y los asesinatos a mano de grupos armados al margen de la ley, mientras sacaban las cosechas de cacao escoltadas por el Ejército.

La revista Dinero señala otro factor destacable por el cual sentirse orgulloso, el hecho de la caída de las importaciones mientras las exportaciones han mostrado un incremento sustancial, entre el año 2013 y el 2016, Colombia envió al exterior una cifra superior a las 40 mil toneladas en grano. Por su parte, las importaciones pasaron de 79500 toneladas entre el 2000 y el 2012, a tan solo 19500 entre el 2013 y el 2016.

También vale la pena destacar los premios y reconocimientos que el cacao colombiano ha tenido en la última década, en 2010, 2011 y 2015, por ejemplo, la industria del país fue galardonada en el Salón del Chocolate de París, el evento más grande y con mayor exigencia a nivel mundial relacionado con la calidad de la producción del cacao.

Dicha calidad se debe al esfuerzo y la tenacidad de los cacaocultores, así como al apoyo de la Federación Nacional de Cacaoteros y el Fondo Nacional del Cacao, quienes han adoptado grandes niveles de tecnología en la producción de este grano tan apetecido.

Cabe destacar la historia particular de Yacopí, Cundinamarca, un municipio situado a 177 km al norte de Bogotá, en el cual se vivió una larga época de violencia a causa del conflicto armado interno, una situación que duró varias décadas y que significó el asesinato y desplazamiento de muchas personas.

Esta zona de Cundinamarca, ve hoy su municipio con ojos más optimistas, gracias a las alternativas resueltas, la erradicación de los cultivos ilícitos que mantenían los conflictos violentos en el territorio y la sustitución de estos por la del cacao y sus derivados.

La Asociación de Productores Univeredales El Castillo, ha tenido un gran papel en el mejoramiento de las prácticas de siembra y el cuidado del cultivo, logrando así una prevención exitosa de las plagas, generando un cacao orgánico limpio de la más alta calidad.

Esta nueva cara de regiones antaño golpeadas por la violencia vislumbra una oportunidad para los inversionistas y emprendedores que deseen abrirse campo en una industria con grandes proyecciones, siempre destacando la importancia de mantener cultivos orgánicos que no malogren la excelente calidad del producto colombiano.

Una buena opción para incursionar en esta industria es la de los subproductos, algunos aún no han sido lo suficientemente explorados, es el caso de los cosméticos. A partir del cacao se pueden generar todo tipo de productos, como jabones, cremas corporales, desodorantes y todo lo que se ingenie el emprendedor.

El cacao es sin duda, uno de los granos más apetecidos en el mundo, gracias a sus propiedades, su versatilidad y su sabor, la industria colombiana vive un momento cúspide con este producto, lo cual significa una apertura hacia nuevas oportunidades de inversión que los emprendedores colombianos pueden aprovechar.

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Abogado especialista en Derecho Empresarial
Magister en Economía Aplicada
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Redacción Minuto30

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