El Presidente Álvaro Uribe hizo una tarea histórica para devolvernos la fe en la patria. Recibió un país sin esperanzas y reconstruyó los ideales perdidos. Antes de Álvaro Uribe la paz era para nunca y, ahora, gracias a él, hay esperanzas de paz para ya. Paz para nunca no es una propuesta política y así estuvo el país en los últimos 60 años.

Luis Pérez Gutiérrez

Terminó Uribe su mandato y se desató una bronca tan escabrosa contra él, que quienes lo respetamos, antes, en la presidencia y ahora, no salimos del asombro. Y la mayoría de sus amigos incondicionales que disfrutaron de las externalidades del poder, ahora guardan un temeroso silencio que de alguna manera se vuelve cómplice a favor de los bronquistas antiuribistas.

Y de súbito aparecieron bronquistas en todas las latitudes y pareciera que quisieran formar una secta que no descansa para atropellar y perturbar al Presidente Uribe.

El Alcalde de Medellín Alonso Salazar cada que puede sale a tratar mal al Presidente Uribe. Primero desde Washington lo ofendió como desinstitucionalizador y despotricó hasta de sus consejos comunales. Y hace poco Salazar responsabilizó a Uribe de la Violencia en los Barrios de Medellín. Qué despropósito!
También el periódico El Mundo, recientemente presentó una caricatura oficial y principal, donde clama y presenta su deseo que a Álvaro Uribe le pase la misma condena de cárcel que le ocurrió a su ex Ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias. Que irrespeto!

Y si por acá sus coterráneos llenan la copa del irrespeto, por Bogotá y en otras latitudes lo acosan por encima de su dignidad y de su aporte histórico a Colombia. Pareciera que de los huevitos de Uribe solo hubiesen nacido Buitres, cuervos y aves de rapiña, en lugar de defensores de la patria, fabricantes de paz y progresistas de Colombia.

Recuerdo que en la Campaña presidencial reciente todos, hasta la oposición, aceptaban que Uribe había sido uno de los mejores presidentes en los últimos cien años. Y ahora, cuando ya no es presidente, se perdió ese compromiso de lealtad.

Y así, se ha construido una bronca para perturbar al Presidente Uribe donde llegue. Los tentáculos de los bandidos que combatió estaban regados por todo el país y por el planeta y por eso no quieren dejarlo tranquilo en ningún lugar y a ninguna hora.

Hay que erradicar la ingratitud. El país tiene que volver a ser grato. Si Uribe nos devolvió la esperanza de tener patria, respetémosle por lo que le ofrendó a Colombia y por su altísima dignidad. Es un grave error nacional multiplicar esa bronca que a larga se puede volver un nuevo conflicto interno. Hay que ser generosos con quien ha entregado su vida a servir a Colombia. El avance de una nación es un proceso de años, y sin el aporte de Uribe hoy no tendríamos este país lleno de inversionistas internacionales y pleno de optimismo con esperanzas reales de paz.

El país necesita conocer y tener en cuenta las reflexiones de Uribe sobre la paz, sobre la economía, sobre la pobreza, y cómo insertarlas en los nuevos gobiernos; sin ellas es la sociedad la que pierde y volveremos a vivir una historia de remiendos y de colchas de retazos sin coherencia, que nos traerán más violencia y más pobreza.

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Redacción Minuto30

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