En el gobierno de Andrés Pastrana, después de jugarse a fondo por su elección, desde el Claustro de la Enseñanza, ubicado en la 72 con octava, Fabio Valencia Cossio se convirtió en el director de la campaña pastranista, entregándose con alma vida y sombrero, poniendo al servicio de su Partido toda su experiencia y capacidad, lo que lo hizo merecedor a ocupar la presidencia del Senado, tocándole juramentar e imponerle al joven mandatario la banda tricolor.

Pastrana generoso.

En el gobierno del presidente Pastrana hijo, Valencia fue designado miembro de la comisión negociadora de paz en el Caguán, donde se codeó con “Marulanda”, “Reyes” y “Jojoy”. Recorrió Europa con los voceros de esa agrupación subversiva. Abortado el proceso por felonías de la insurgencia, el político paisa se hizo nombrar embajador en Roma. Antes de asumir su nueva responsabilidad fue despedido por la tropa “fariana” con una fiesta a todo tren, según relató el pintor caldense David Manzur, en La Barbería de Cablenoticias.

Proceso abortado.

Recordemos que como consecuencia del secuestro del senador Jorge Eduardo Gechem Turbay en pleno vuelo entre Neiva y Bogotá, el presidente Pastrana, en memorable alocución, dio por terminado el proceso de negociación. Aquí es cuando Uribe consolida su candidatura y el conservatismo queda sin candidato, después de una emulación entre Noemí Sanín y Juan Camilo Restrepo. Como Uribe es elegido presidente y Fabio Valencia acusa la mayor de sus derrotas después de apoyar a Noemí, quien solo alcanzó 5% de la votación, en contraste con su primera intentona, en la que se había convertido en la tercera fuerza política de Colombia.

Lo recoge Uribe.

Uribe, Presidente electo, recoge a su adversario político y lo ratifica en el cargo de embajador en Italia, cuando desde su despacho tendió el puente para la reconciliación entre los dos jefes maiceros el ex ministro Ramiro Valencia, hermano de Fabio, lo pasa al teléfono rojo de Palacio. En la conexión Bogotá-Roma el presidente Uribe le ofrece traerlo de regreso al país como consejero presidencial, primero, y como ministro del Interior y de Justicia, después.

Fin de la era.

Culminada la “Era Uribe”, Fabio Valencia regresa a la arena política con Carlos Mario Montoya como candidato al Senado, pero su pupilo no logra la curul. Intenta sin éxito convertir a Juan Gómez en su candidato a la Gobernación, pero las viejas rencillas con Luis Alfredo Ramos se lo impiden. Le toca resignar su apoyo a Carlos Mario Estrada con el auspicio de Uribe. Quedó de tercero en la contienda, contabilizando apenas 100 mil sufragios. Decide separarse de Uribe en el apoyo a Federico Gutiérrez para la alcaldía de Medellín. Entonces, acompaña a Aníbal Gaviria, quien como premio de consolación le entrega la Secretaría del Medio Ambiente, que es como pasar de ser el ganador del baloto de millonario a ganarse un terminal de la Lotería del Chocó.

“¡O cambiamos o nos cambian!”. (¡Y los cambiaron!)

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Redacción Minuto30

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