La historia colombiana ha estado marcada por la sangre de las miles de víctimas del conflicto armado, a tal punto que pareciera que como ciudadanos del país del realismo mágico, ya fuéramos inmunes al dolor ajeno. Los colombianos nos acostumbramos a las malas noticias, a las bombas, a las muertes, a los secuestros. Y al normalizar la violencia ya nadie se molesta por movilizarse o referirse hacia algún hecho más allá de un comentario en alguna red social.

Me siento indignada, me frustra profundamente que seamos tan reacios a luchar por Colombia, por su democracia, por su gente. Lejos de hacer un llamado revolucionario, quiero hacer una invitación a querer más éste país, a dejar de aceptar que la muerte de 8 policías a manos terroristas sea algo normal, a rechazar y ser solidarios frente al secuestro y asesinato de los 3 periodistas ecuatorianos, a exigir respuestas ante el desfalco de recursos destinados para la paz. Quiero que seamos ciudadanos activos, sueño con esos días de las marchas del “No Más”, cuando se rechazaba la violencia, sueño que un día nos despertemos de la indiferencia y seamos capaces de exigirle a nuestros gobernantes garantías para el respeto de nuestros derechos. Sueño con que ningún presidente vuelva a pasar por encima de la voluntad popular para satisfacer vanidades.

El próximo 27 de mayo son las elecciones presidenciales y lo mínimo que como ciudadanos debemos hacer por Colombia, es salir a votar. Vote por quien usted crea es la mejor opción para el país, pero vote, no le dé la espalda a su patria. Me indigna quienes se declaran apolíticos porque “aquí nada cambia” y “todos son iguales”. ¿Quieren cambiar el país?, empiece por cerrarle la puerta a los corruptos, su abstención e inacción respecto de los ejercicios democráticos son el principal patrocinador de la corrupción y de la violencia.

Tanta quejadera sin acciones concretas solo es sinónimo de hipocresía. ¿No quiere más violencia?, actúe, no se quede gritándole a un televisor. El día en que nos convirtamos en activistas de una causa, ese día la realidad del país va a empezar a cambiar. Facebook o Twitter no ponen ni quitan presidentes, no son garantes de ningún derecho, tampoco representa una institución del Estado con capacidad de cambiar o dar soluciones. Entonces a quienes sólo cometan y agreden por estas redes sociales, lamento informarles que por su país no están haciendo nada.

A los que sólo critican, los invito a dar soluciones, a los que dan soluciones ¡Gracias! Dejemos de hablar tanto y empecemos a actuar. Dejemos de ser tan insensibles ante el dolor ajeno, porque mañana podría ser cualquiera de nosotros, dejemos la doble moral y en vez de insultar o estar comentando cosas banales como el último tuit de x o y, unámonos para cambiarle la cara al país, para darle a nuestros niños un mejor presente y un mejor futuro, para tener un país mas sostenible y próspero.

Y en pro de construir el país que queremos, me uno a la iniciativa promovida por la campaña de Iván Duque #SolucionesNoAgresione. En este momento lo más relevante son las ideas, los valores y la trasparencia, materializadas en la pasión y amor por Colombia.

@AleRamirezPov

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Redacción Minuto30

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