La campaña presidencial del 2018 poco a poco va tomando forma y los candidatos van mostrando las cartas que pretenden jugar en los comicios, en medio de un ambiente político agitado tras los serios golpes que le ha asestado a la institucionalidad y la democracia la corrupción rampante y un sinfín de concesiones inexplicables a las FARC en virtud del Acuerdo de La Habana, rechazado democráticamente por los colombianos.

El Debate de Control Político que tuvo lugar esta semana y que fue citado por los Senadores y ahora precandidatos Claudia López y Jorge Robledo le dio al país una muestra de que las banderas de la campaña presidencial ya no ondearán hacia la paz y quiénes se oponen o no a la misma, si no hacia la corrupción, punto que los Senadores citantes al debate han sabido capitalizar bajo una estrategia de acusaciones infundadas, verdades a medias y chantaje con la cual pretenden engañar a los colombianos, mientras desvían la atención de las reales afrentas a la democracia que crecen a pasos agigantados en el país y que ellos mismos apoyaron.

López y Robledo no tuvieron reparo alguno de convertir el Congreso de la República en una plaza de mercado y se fueron lanza en ristre contra el Exvicepresidente Germán Vargas Lleras para quien no sobraron los calificativos de “bandido” y “fracasado” mientras sacaron del cajón los presuntos nexos de Vargas Lleras con alias “Martin Llanos” comprobados como inexistentes por la Corte Suprema de Justicia en 2012 y contra el Expresidente Álvaro Uribe, a quien siempre, y sin poder comprobar absolutamente nada tildan de “bandido impune” y quien en respuesta, de manera formidable expuso al país lo que todos sabemos: La existencia de una campaña de bravuconería e inconsistencias, nada más.

Y es que los hechos son claros: Miremos uno que otro trino o comunicado en público de la Senadora Claudia López oponiéndose a la participación en política de las FARC, sin previo sometimiento a la JEP y la radicación tardía pero muy oportuna de una proposición en la que condiciona la participación política de las FARC al sometimiento y condena en la JEP justo cuando el país despierta y se da cuenta que la tal campaña de mentiras de los sectores del “NO” era una campaña de verdades y que la única consistencia de Claudia López es la de mentir sin vergüenza alguna al país como la abanderada de la lucha anticorrupción, mientras vota por consolidar la agenda política de los corruptos que denuncia y bravuconea y además legitima la participación política sin condiciones de criminales como las FARC, tan despreciables como los paramilitares que ha denunciado por años, dándonos a entender a los colombianos que otra de sus consistencias es la de relacionar falsamente a quien la cuestione con la parapolítica y la corrupción, mientras aplaude la participación en política sin condiciones a las FARC porque “teníamos que salir de las FARC”. ¡Qué forma de embaucar a los colombianos!

Deja mucho que desear la Senadora López mintiéndole a los colombianos mientras posa como una indignada de la corrupción y la podredumbre alrededor de la campaña de reelección presidencial de Juan Manuel Santos en 2014 por cuenta de Odebrecht, cuando públicamente adhirió a la campaña “Votaré por Juan Manuel Santos” fueron sus palabras en aquel entonces como recién elegida Senadora de la República quien por supuesto, en los cuatro años siguientes apoyaría sin condiciones la agenda legislativa del Presidente y la participación de política en FARC como “necesaria para la paz”, mientras hasta estos días aprovecha toda las oportunidades de relacionar la campaña de Oscar Iván Zuluaga con el escándalo Odebrecht, aún cuando el Consejo Nacional Electoral absolvió al excandidato al no encontrar pruebas que relacionen dineros de Odebrecht en su campaña. ¡Otra mentira de Claudia López al descubierto!

Todos los colombianos estamos de acuerdo en que la corrupción es el gran cáncer de Colombia, es el motor de los conflictos y la razón de los ciclos de desigualdad que aquejan a la mayoría, pero sin duda alguna, es también corrupción mentirle al país con el propósito único de catapultar los prospectos presidenciales propios, como hoy lo hacen la Senadora Claudia López y la Coalición Colombia quienes hoy posan de abanderados contra la criminalidad cuando en realidad han legitimado por años la criminalidad desde el Congreso de la República.

En la elección del 2018, los colombianos no debemos olvidar quienes tuvieron el valor histórico de oponerse, desde el comienzo, con convicción y con acciones a las afrentas a la democracia que nos deja el Presidente Juan Manuel Santos tras el Acuerdo de La Habana y en votar en consecuencia para que los embaucadores no se tomen el Gobierno para seguir engañando a los colombianos mientras legitiman el crimen arropados en la lucha anticorrupción.

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Redacción Minuto30

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