Según estudios del Banco Mundial, entre el 60 % y el 70 % de los ecosistemas del mundo se degradan más rápido de lo que pueden recuperarse; así mismo la Alianza Mundial sobre Salud y Contaminación, sostiene que la exposición del suelo, el agua y el aire a la contaminación causó alrededor de 9 millones de muertes prematuras en 2012, donde el grupo de países en desarrollo, como a los que pertenece Colombia, fueron los más afectados.

La apropiación y consumo de los recursos naturales por parte del ser humano cada vez se convierte en un elemento más insostenible desde el punto de vista medioambiental; el crecimiento poblacional desmedido desde la época de la industrialización hasta la actualidad, aporta un gran porcentaje al problema de la escases de los recursos naturales, aún reversible según los expertos.

Las dos premisas por excelencia del sistema capitalista son el crecimiento y la acumulación, pero es necesario entender que ambos funcionan a través de la transformación y circulación de recursos naturales, los cuales, como supuesto básico y esencial sobre el cual se rigen, son finitos, a pesar de lo renovables que fueren algunos; lo anterior, confronta la necesidad de crecer infinitamente de un sistema que requiere recursos que se agotan.

La no complementariedad entre crecimiento infinito con recursos finitos, obliga a centrar la discusión en conceptos como el desarrollo sostenible, donde lo indicado, según  la Comisión de Bruntland es “satisfacer las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”.

Estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO – por sus siglas en inglés, indican que en los últimos 50 años, la demanda de bienes naturales se ha incrementado con mayor rapidez que en el resto de la historia del hombre, lo que significa la incapacidad a futuro con la que contará el planeta tierra para abastecer la demanda de recursos, obligando la adopción de medidas de choque en la producción mundial encaminadas a producir más con menos recursos.

Una de las posibles causas, entre muchas, del actual deterioro ambiental es que la “agricultura sostenible” no tiene la participación que debería en la agenda ambiental, y por lo tanto, las alteraciones sufridas en la producción de comida no cuentan con el debido acompañamiento en la mitigación de sus impactos; así pues, se evidencia una fuerte disminución de los kilómetros cuadrados de selva en el mundo a la par de un aumento significativo de las áreas cultivables en el mundo; esto solo genera una pregunta… ¿Menos selva más comida?.

Es necesaria la implementación de medidas encaminadas a encontrar el equilibrio entre desarrollo económico, protección del medio ambiente y desarrollo social, donde se halle una forma de producción agro-ecológica que en ningún momento implique una reducción en la productividad, por el contrario, la idea es mantener los niveles de producción de los últimos años con prácticas modernas que protejan el medio ambiente.

Los emprendedores colombianos han sido pioneros en temas ambientales no solo a nivel nacional sino a nivel mundial; desde 1974, el país estuvo a la vanguardia en términos de temática ambiental, pero fue la constitución de 1991 la que le otorgo un importante marco constitucional al tema medioambiental en Colombia, convirtiéndose en la plataforma de lanzamiento de un desarrollo económico del país que va de la mano con el desarrollo sostenible, normativamente hablando.

En el año 1997 se implementó en Colombia el programa de “producción más limpia”, el cual fue desarrollado como estrategia alterna a la normatividad ambiental dictada desde la constitución nacional, con el fin de tener las herramientas necesarias para afrontar los retos  ambientales nacionales en materia industrial y que permitan al país una mayor articulación con mercados que están fuertemente comprometidos con las buenas prácticas medioambientales.

Con la llegada de las practicas agro-ecológicas a Colombia, tanto los retos como las oportunidades son aún mayores para los emprendedores nacionales; conocer las nuevas tendencias mundiales en producción agroindustrial será fundamental para las nuevas generaciones, no solo de profesionales relacionados con el agro, dado que esto debe ser un conocimiento generalizado para todas las profesiones por la importancia y la transversalidad que requiere la introducción de un nuevo paradigma productivo al interior del país; ingenieros, abogados, negociadores internacionales, empresarios y emprendedores en general, serán los llamados a seguir con las banderas de la comercialización de productos Colombianos en el mercado internacional, de la mano con las buenas prácticas medioambientales.

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Especialista en Derecho Empresarial
Magister en Economía Aplicada
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Redacción Minuto30

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