No hay mejor momento para hablar de mujeres, no de sus tragedias y como gracias a ellas se enaltecen y se vuelven íconos inmortalizados de la historia, porque sí, no cabe duda del número ascendiente de mujeres que son víctimas por maltratos y abusos, en lo que lleva el 2017 van más de 50 asesinatos, no siendo eso exclusividad de países como Colombia. Sin embargo, las mujeres somos más que mártires de esa cadena de hechos desafortunados.

No eran las heridas ni las cicatrices las que las definían como heroínas, era su fortaleza de pasar por encima de los desfortunios y forjar su futuro.

Pusieron el mundo a sus pies desde el momento en que trajeron personas de bien a su entorno y cuidaron de esos seres sin importar las dificultades, otras encontraron su vocación tomando el poder público, cambiando el destino de naciones enteras, rompieron paradigmas y estereotipos abriéndose paso en sectores que habían sido exclusividad de los hombres durante mucho tiempo, llegaron a presidir imperios como Google. También en países donde el papel de la mujer es aparentemente irrelevante, a muy temprana edad hubo quienes recibieron balas por luchar en nombre de lo que creyeron merecían por derecho como la educación. Todas y cada una de ellas representa la tenacidad de la naturaleza femenina, haciéndose así mismas símbolos de victoria y valentía frente a esas batallas libradas por nuestras antecesoras.

La responsabilidad de la reivindicación de los Derechos de las Mujeres, sigue estando en nuestras manos, no desde el papel de víctimas, si desde las grandes virtudes que nos caracterizan como base fundamental de una sociedad, como motor económico, como parte esencial de la familia, siendo la materialización de una voz viva y real que hable de cambios positivos, de igualdad, de equilibrio entre hombres y mujeres, porque aunque las cifras son alentadoras a comparación de tiempos pasados, en materia de educación por ejemplo, todavía existen barreras para las niñas y mujeres que quieren acceder a un colegio o universidad. Las estadísticas se vuelven odiosas cuando pretenden demostrar mejoría respecto de un tema determinado, y, se olvida el remanente que no está salvaguardado por los beneficios de las medidas adoptadas por las autoridades competentes a mejorar determinada situación, se habrán logrado los objetivos y metas cuando no haya ni un solo obstáculo para hacer efectivos los Derechos de las Mujeres.

El trabajo está inconcluso y la responsabilidad no yace únicamente en el Congreso o en la Rama Judicial, por tanto hombres y mujeres tenemos la misión de fortalecer valores como la igualdad, incentivando la creación de plataformas que permitan una mejora en las condiciones sociales, políticas y económicas para las mujeres, es un asunto que concierne a toda la sociedad no a una minoría.

Hoy me declaro feminista, una de las que cree en la reivindicación de los Derechos de las Mujeres sin promover discriminaciones positivas, de esas que busca el empoderamiento de las miles de mujeres talentosas que nacen, crecen y mueren queriendo cambiar el mundo. @bonnie_arp

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Redacción Minuto30

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