Investigadores colombianos demostraron que los tratamientos para erradicar la bacteria responsable de la úlcera gástrica no funcionan en el país. Por esto, desarrollaron una prueba molecular que permite establecer, en cuatro horas, si el microorganismo es sensible o no a los principales antibióticos recetados.

La doctora Alba Trespalacios sostiene un cultivo de H. pylori, con el cual se llevan a cabo los estudios para mejorar el tratamiento de la enfermedad que produce este parásito. Foto: Andrés Felipe Castaño/Unimedios

La triple terapia, tratamiento que se recomienda en el mundo para matar a la bacteria Helicobacter pylori, una de las principales responsables de las úlceras gástricas, no sirve en Colombia.

A esta conclusión llegaron profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Javeriana y del Baylor College of Medicine de Estados Unidos.

Por sus hallazgos, los expertos ganaron en 2011 el Premio Nacional de Gastroenterología José Antonio Jácome Valderrama y el Premio Max Meyer de Endoscopia Digestiva.

Después de realizar un ensayo clínico con 240 pacientes, los investigadores encontraron que la eficacia de este tratamiento, que incluye amoxicilina, claritromicina o levofloxacina, es del 70%. Pero en el contexto internacional se establece que los tratamientos de erradicación de la infección, para ser considerados efectivos, deben tener una eficacia igual o mayor al 85%.

«En el país, cada día son menos efectivos y eficaces los antibióticos que se usan contra este mal. Asimismo, las terapias recomendadas durante los últimos veinte años en el mundo no sirven para tratar el H. pylori», explica William Otero, internista, gastroenterólogo y epidemiólogo de la Universidad Nacional de Colombia.

Los expertos también demostraron que la tasa de resistencia de la población colombiana a estos medicamentos es del 16%, una de las más altas del planeta. Y destacaron que el 80% de los habitantes del país son portadores del agente infeccioso.

Por estas razones, no son eficaces los antibióticos para erradicar el microbio que produce úlceras, cáncer, linfomas y otras enfermedades en el estómago.

Prueba a la colombiana

A partir de los resultados del ensayo clínico, los científicos trabajaron en pruebas moleculares y desarrollaron una que permite diagnosticar la resistencia de la bacteria a los antimicrobianos.

Para ello, hacen una biopsia del estómago del paciente. Esta prueba diagnóstica del tejido les permite establecer si el H. pylori es sensible o no a los antibióticos e identificar su grado de resistencia. Además, cuesta la cuarta parte del examen tradicional.

«Nuestra prueba permite conocer a qué es resistente la bacteria tan solo cuatro horas después de extraerse el ADN. Con la información, el médico toma una decisión sobre los antibióticos que utilizará para su erradicación», precisa la doctora Alba Trespalacios, profesora del Departamento y la Especialización de Microbiología de la Universidad Javeriana.

El diagnóstico convencional implica cultivar el germen y esperar dos o tres semanas para que el resultado sea positivo. Por tratarse de un microrganismo de difícil mantenimiento, en la actualidad no es viable para los laboratorios clínicos efectuar este tipo de procedimientos. En Colombia, por ejemplo, ningún laboratorio hace de manera rutinaria el cultivo ni el examen microbiológico para determinar la vulnerabilidad del H. pylori a los antibióticos (denominada prueba antibiograma).

«El procedimiento desarrollado por nosotros permite identificar las mutaciones de la bacteria ante la presencia de los tres antibióticos. Y, si en la biopsia no se encuentran alteraciones, el médico puede definir con prontitud el tratamiento, qué medicamentos recetar y tener una probabilidad del 98% de matar al microbio», manifiesta Otero. En un futuro cercano, los investigadores esperan desarrollar una prueba comercial.

También se pudo determinar que una de las causas de la resistencia de las bacterias colombianas es una variación en la secuencia de su ADN, diferente a la reportada en otros países, lo que imposibilita el uso de pruebas moleculares desarrolladas en el exterior.

Además, encontraron en esta bacteria una mutación que no es frecuente en otros lugares del mundo y, curiosamente, es la más común en Colombia. Esta es otra de las motivaciones para diseñar un análisis hecho a la medida de la realidad clínica colombiana.

La necesidad de investigar

Con estos avances, los expertos esperan educar a los médicos del país y contribuir a que la enfermedad se maneje como infecciosa. «Por falta de información y de estudios, los médicos colombianos formulan de manera empírica los medicamentos para erradicar la infección. Presumen que, como los antibióticos funcionan en otros países, aquí también; con un agravante: no hay un proceso de verificación acerca de si el paciente se curó o no», dice el docente de la UN.

Trespalacios agrega que, en medicina, es común seguir unas guías internacionales para tratar a los pacientes; pero en el caso colombiano, la bacteria tiene mecanismos de resistencia distintos y no se pueden implementar desarrollos hechos en otros lugares. La doctora resalta la urgencia de investigar sobre el H. pylori en el país y en América Latina, para conocer la situación actual de la infección en la región, en donde tiene una prevalencia alrededor del 80% (mientras que en la población mundial es del 50%).

En promedio, las personas se infectan a la edad de diez años y la mayor parte del tiempo es asintomática. Solo el 10% de los infectados desarrollan alguna patología grave, como ulceras gástricas, cáncer o linfoma.

«El objetivo es seguir investigando y evaluar otras terapias para encontrar las que funcionan aquí. También, combatir la bacteria que causa, en algunos casos, cáncer gástrico, la segunda causa de muerte en el país. Si se logra tratar bien al paciente, con las terapias y medicamentos adecuados, a largo plazo habría un impacto muy grande en la salud pública, porque sería una medida de control del carcinoma gástrico», concluyen los investigadores.


Con información de unal.edu.co

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