Hay que levantarse

Hay sentimientos de frustración en la dirigencia del Centro Democrático en lo referente a las grandes ciudades y departamentos que aspiraba conseguir, pues los resultados electorales que esperaban no se le dieron.

Cuando se presentan estas situaciones con frecuencia empiezan los reclamos y los señalamientos de responsabilidades, hacia quienes eligieron las estrategias y la manera de adelantar las campañas.

Los medios hacen de estas situaciones un festín y azuzan con informaciones, muchas veces supuestas o tergiversadas, enfrentamientos que pueden ser diferencias naturales de opinión, para catalogarlas como peleas irreconciliables al interior de esas organizaciones políticas.

Dentro de cualquier organización es natural que se hagan evaluaciones sobre el desarrollo de los proyectos que emprende y aunque es usual emprender esta acción cuando se concluyen o no se obtienen los resultados esperados, también es aconsejable hacerla durante la marcha y en los casos de éxito.

La experiencia y el aprovechamiento de ella nunca se acaba; en política la misma fórmula puede derivar en diversos resultados al final del día y lo que sirve para una región es contraproducente para otra, esto exige grandes dosis de creatividad y conocimiento de las diversas idiosincrasias que se conjugan en el país, para adelantar campañas con mayores probabilidades de éxito.

Las elecciones regionales son completamente diferentes a las que eligen congreso y presidente y por ende la estrategia que se define debe ser diferente y aún más, no sirve la misma para las diversas regiones. El andino recibe los mensajes de una forma y el costeño de otra. Los habitantes de la región pacífica tienen una estructura emocional y mental diferente a los del interior y la región caribe; así podremos entender que lo que es blanco en una zona puede ser gris en otra.

Colombia es un país con 1122 municipios y el CD., pasó de 57 a 120 consiguiendo un 11% de estos cargos y de 1 gobernador pasó a 4 un 12.5% del y con un aumento del 400%.

Claro que se ha competido para obtener la mayor cantidad de cargos y dentro de ellos hay unos más representativos que otros y el deseo es que los de mayor relevancia están ocupados por los candidatos que avala y si el resultado es adverso se considera una pérdida. Afortunadamente habrán nuevas elecciones y dentro de 4 años se podrá conseguir lo que en esta ocasión no se logró.

Esa es la realidad y lo que viene ahora es evaluar, corregir, idear nuevas estrategias, crear nuevos modelos y adelantar el trabajo con persistencia para que se consigan los objetivos propuestos a la mayor brevedad.

Los tiempos cambian, las expectativas son diferentes hoy a las de mañana, el mundo es variable y a la gente es importante llevarle el mensaje que quiere oír en su momento, claro está cuando este está respaldado con hechos concretos.

La pulcritud en el manejo de lo público, la austeridad en el gasto, la transparencia en el trabajo, los resultados positivos en la gestión son disparadores para conseguir la favorabilidad de los electores, pero eso debe estar acompañado de estrategias comunicacionales efectivas y convincentes. El cacareo es importante para hechos inmediatos pero los resultados de esos hechos, se perciben con el transcurso del tiempo.