Gustavo Petro, asumió como alcalde de Bogotá y prohibió el porte de armas

Así lo aseguró en su discurso de posesión pronunciado en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá en donde estuvo acompañado por 5.000 invitados, entre ellos el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón.

«Una cosa es tener un arma y otra portarla. Que la fuerza policial me ayude en esta tarea una vez sea expedido el decreto. En unos meses lo evaluaremos estadísticamente», dijo Petro en una intervención de casi una hora de duración interrumpida por salvas de aplausos de sus simpatizantes.

Reiteró que una de sus prioridades será la de garantizar el suministro «básico de agua potable» para los habitantes y sectores menos favorecidos de la capital colombiana, cuya población se acerca a los 8 millones de habitantes.

Detalló que el consumo mínimo vital de agua es aquel «indispensable para vivir. Que no debe ser comercializado», y que estima debe estar alrededor de los 6 metros cúbicos mensuales y que puede comenzar a hacerse realidad a partir del 2013.

De otro lado, se comprometió a mantener la iniciativa de que la educación sea gratuita desde el grado cero hasta el liceo y señaló que se pondrá en marcha un plan piloto con colegios en donde se implementará una sola jornada estudiantil. Hoy, en los colegios públicos, hay dos jornadas.

Por lo demás, señaló su compromiso con la niñez, de la que dijo buscará que tenga la alimentación básica.

Petro sucede a Samuel Moreno, del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA), quien no pudo terminar su mandato porque la Procuraduría lo suspendió para investigarlo por corrupción en la adjudicación de contratos para obras de Bogotá.

El actual mandatario de los bogotanos fue uno de los más de 1.100 alcaldes que tomaron posesión de sus cargos, al igual que 32 gobernadores departamentales y que fueron elegidos el pasado 30 de octubre para un período constitucional de 4 años.

Con información de cmi.com.co

Los retos de Gustavo Petro

Mejorar la movilidad, elaborar un plan de seguridad ciudadana, enfrentar una posible emergencia sanitaria y poner en marcha el Sistema Integrado de Transporte, son los principales temas físicos que el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, deberá solucionar y ejecutar  en el menor tiempo posible.  Pero, tal vez el mayor problema que tendrá que enfrentar en el plano sociológico, es hacerles recuperar a los bogotanos  el optimismo perdido. Así mismo, deberá responder por los planes que no se lograron ejecutar en anteriores administraciones.

 “Tenemos varias emergencias, que son de acción inmediata: la que nos deja la ola invernal ─que ojalá que no avance más─, decreto de emergencia sanitaria, hay que reubicar, reubicar densificando y ya con la tesis de construcción dentro de la ciudad”.

Con una malla vial deteriorada y creciendo a un nivel muy inferior al que necesitaría el volumen de carros, la congestión de vehículos será otro de los grandes dolores de cabeza que deberá remediar  el nuevo mandatario capitalino

 “Yo he propuesto un esquema para mejorar el transporte público de la ciudad y mejorar la movilidad al mismo tiempo, que es la zona de congestión, ese tema lo debatimos incluso en campaña, no se llama peajes exactamente, zona de congestión”.

Para el desmonte del pico y placa Petro ha esbozado  una estrategia: la creación y porte obligatorio de una estampilla  para los automóviles particulares que deseen circular en sectores de alta afluencia vehicular. Según lo propuesto, el costo del ingreso a esas zonas cada vez será de 2500 pesos. Al mismo tiempo, se propone activar otras tácticas

 “─como ya lo anuncié─, el metro ─que voy a incentivar y profundizar─, la cicla, el peatón incluso, pero el peatón voluntario no porque le toca caminar, son métodos diferentes de transporte”.

La seguridad ciudadana será otro frente que ocupará mucha s horas de su agenda. Conforme a un estudio mundial de calidad de vida urbana, Bogotá  es la segunda ciudad más peligrosa de América Latina después de Caracas y ocupa el puesto 130 en el mundo.

Más allá de bajar las cifras de homicidios, el alcalde que ingresó hoy al palacio Liévano deberá combatir el miedo que tienen los ciudadanos de circular por la ciudad particularmente en horas de la noche

 “Que implica un tratamiento transversal de seguridad preventiva, es mejor prevenir que curar, en inseguridad es lo mismo”.

Lío aparte será el del manejo político en sus relaciones con la Nación en cabeza del presidente Santos y en sus relaciones con los otros protagonistas de los partidos opuestos al suyo, el movimiento Progresistas.  En el Concejo, Petro es fuerte: su colectividad alcanzó ocho curules.  Según los acuerdos previos, el alcalde tendrá el apoyo de los partidos Liberal, Conservador, Cambio Radical, Verde y, paradójicamente, el Polo Democrático al que le quitó fama y poder. Falta ver si esa especie de unidad nacional replicada del gobierno Santos, le funcionará tanto a Petro como al jefe de Estado

 “Si hay sectores del Concejo que están pensando repetir lo que en los meses pasado ha acontecido no es con Petro. Entonces que se bajen de ese bus”.

Como un primer paso de cese el fuego entre el alcalde y el Polo,  Petro les reconoció a las administraciones de Samuel Moreno y Clara López, los avances en educación:

 “Indudablemente hemos saltado de tener el 20% de nuestros colegios públicos en calificación alta en el Icfes al 40% y ahora al 57% en este año, es un salto espectacular”.

Petro recibe la alcaldía de Bogotá en el momento más crítico de su historia tanto en corrupción, desorden e incumplimiento de obras públicas como en la psicología colectiva, venida abajo después de los escándalos que él mismo destapó. Curiosamente, será a él quien tenga que volver a convencer a los bogotanos de que pagar impuestos, más que una obligación, es una forma de progresar personal y colectivamente.

Con información de noticiasunolaredindependiente.com