Colombia enfrenta un gobierno de izquierda de corte socialista, como pocos en su historia, un Gobierno reformista con un Legislativo que es una especie de aplanadora, como no la tuvo el Gobierno el presidente Duque. Sin duda, son dos Congresos completamente diferentes, porque hoy prima el debate ideológico alejado del debate técnico y de las ideas.

Ante estas nuevas dinámicas en el Legislativo, nuestro partido Centro Democrático, fue el primero que se declaró en oposición. Valdrá aclararle al país que somos una “Oposición Democrática”, enfrentamos al Gobierno y a las mayorías con argumentos y contrapropuestas; sin agravios pero con firmeza; en la calle de frente, pero sin bloqueos, ni ataques a la fuerza pública, a la propiedad privada y a los estamentos públicos; pero sobre todo y lo más importante, sin poner en riesgo la vida de los colombianos; somos una oposición muy diferente a la oposición que lideró Gustavo Petro en el 2021, que dejó miles de empresas quebradas y colombianos sin empleos, generando secuelas más graves que las que pudo dejar la pandemia.

El 16 de marzo iniciamos el segundo periodo de la primera legislatura, grandes retos y debates nos esperan en el Congreso de la República: el Plan Nacional de Desarrollo, la Reforma a la Salud, Pensional, Laboral, la Ley de Sometimiento, la prohibición del Fracking y otras iniciativas radicadas por el Gobierno, donde lo que impera es la ideología por sobre lo técnico.

Claro que no todo es malo, en medio de la tormenta hay buenas noticias; se hundió la Reforma Política que ponía en riesgo la democracia del país.

Lo más curioso es que sus autores, Petro, su Ministro Prada y los del Pacto Histórico desconocieron su propio invento.

Ya Petro negó su propia reforma, como negó haber criado a su hijo, hoy investigado por lavado de activos.

Insistiremos, sin rendirnos, en que se debe construir sobre lo construido, en que el debate debe ser técnico y debe contar con la participación activa no solo de la ciudadanía, sino de los gremios, la academia, y todos los entes de la sociedad; reclamaremos, además, un debate con garantías democráticas, sin acudir a la aprobación a pupitre limpio, como se acostumbra en el Congreso de la República. ¡Colombia necesita un diálogo incluyente, no excluyente!

Una de las Reformas que concentrará la atención de los colombianos, será la Reforma a la Salud, empezando por su trámite, pues es absolutamente claro que es una norma de carácter estatutario, que requiere de mayorías calificadas, no ser tramitada en extraordinarias y tener un control previo de constitucionalidad.

Como Partido, hemos advertido que el sistema de salud es perfectible y se deben hacer ajustes sin desbarajuste, debe ser una reforma no ideológica y donde se mantenga el sistema mixto, no estatizado y haciendo las mejoras necesarias para evitar la corrupción y garantizar la calidad en la prestación del servicio.

Frente a la estrategia de Transición Energética Justa del Gobierno Petro, liderado por la Ministra de Minas, Irene Vélez, he sido un crítico de la forma de relacionamiento y tratamiento al sector empresarial del sector minero-energético, se lo he manifestado a la Ministra, al parecer “le gusta la leche pero no la vaca”. Este es un sector que genera 400 mil empleos directos y 600 mil empleos indirectos, fondea el Presupuesto Bienal de Regalías con 31,3 billones de pesos que llegarán a las regiones para infraestructura, medio ambiente, ciencia, tecnología e innovación, representa el 54% de las exportaciones del país (petróleo y carbón), y es fundamental para la vida cotidiana de los colombianos (37 millones utilizamos gas todos los días).

Sin embargo, la apuesta ha sido generar inseguridad jurídica con el anuncio del Gobierno sobre no firmar más contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, poniendo en riesgo la seguridad energética del país y debilitando la producción nacional de gas para importarlo de Venezuela, lo que representaría un costo adicional de hasta por cinco veces la factura por consumo de los estratos 1 y 2, considerando además, que en cuatro meses el galón de gasolina ha aumentado 1.250 pesos. Así las cosas, la “Transición Energética Justa”, al parecer será muy injusta.

Por otra parte, la economía empezó a “decrecer”, la incertidumbre y la inseguridad jurídica por las declaraciones del Gobierno generaron reacciones negativas en los mercados, las acciones de ECOPETROL han caído, se vienen cotizando a la baja en las últimas sesiones tanto en la Bolsa de Valores de Colombia, como en Wall Street, donde se ha contraído 5,87% en ese periodo, mientras que su ADR en la Bolsa de Nueva York ha caído 6,58%. El dólar sube como espuma, los inversionistas son muy rápidos en poner sus dineros donde hay seguridad jurídica y posibilidades de mejora, no en un Estado donde hay tanta incertidumbre e inseguridad jurídica.

Estas son algunas preocupaciones, pero nosotros como demócratas, mantenemos la disposición dialógica, y por ello la actitud propositiva en el Congreso y en las tres reuniones que ha sostenido el Presidente Uribe con el Presidente Petro, donde con respeto y franqueza, ha quedado expuesta nuestra visión de País y nuestro compromiso con los colombianos.

Serán 4 años complejos, pero en lugares más oscuros nos ha cogido la noche. Ánimo que ante la verdad y la justicia no hay lugar al populismo socialista que ha demostrado ser un fracaso.

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Redacción Minuto30

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