Gallito como su padre, Tomás Uribe lanza dardos contra Santos

Tomás, el hijo mayor del expresidente Uribe, dice que lo suyo no es la política pero que no pasará de largo frente a los insultos que la familia Santos le lance a su padre.

Edgar Artunduaga

-“Están diciendo que somos corruptos, pero cuando hicimos la campaña con Santos, pensaban otra cosa”, respondió desde el ferry en Magangué, saliendo de Mompox, donde pasó vacaciones con su esposa.

-“Me dio tristeza encontrar en Twitter comentarios desobligantes de uno de los hijos del Presidente para con mi papá, sobre todo cuando  al hijo del Presidente le consta que en la campaña presidencial de Santos trabajamos hombro a hombro, recorriendo el país. Entonces cuando estábamos en campaña les servía nuestro apoyo, nos pedían que los acompañáramos, pero ahora Santos está en el Gobierno y gobierna con unas tesis diferentes a las que lo eligieron, nos tildan de corruptos…”.

Tomás dice que la familia Uribe está incómoda con Santos desde la campaña presidencial…

“…No sé si usted recuerda una propaganda que causó mucha polémica en la campaña anterior. Una voz parecida a la de mi papá decía “yo confío en Juan Manuel”. Esa propaganda la hicieron en la campaña del presidente Santos, imitando la voz de mi papá, sin tener su consentimiento. Al interior de mi familia hubo mucho malestar.

¿Los Uribe están demasiado lejos de la familia Santos?

No es un tema familiar sino de convicciones y de ideología. El Presidente Santos se eligió sobre unas tesis, recorrimos el país escuchándolo a él decir que iba a seguir con unas tesis de Gobierno: seguridad democrática, confianza inversionista, cohesión social… y desde que fue elegido, para sorpresa de todos nosotros, ha echado al traste esas tesis y ha gobernado con las tesis de la oposición. Entonces, más que un tema personal o un tema familiar, es un tema de ideología, de convicciones, de ser consistente con lo que se prometió y eso es lo que hoy en día nos separa.

¿Y no lo alcanzaron a percibir en la campaña?

Preocupa mucho que logros que los colombianos alcanzamos con mucho sacrificio se empiezan a perder. Se ha desacelerado la disminución de los homicidios. Los ataques a la infraestructura petrolera han crecido 173 %, a los puentes 400 %, la extorsión está disparada, es un delito que victimiza a los sectores populares colombianos. Fuera de eso el motor de la economía apagándose. Vemos un crecimiento pírrico de 2.1 % en la economía y la construcción decreciendo. No es un tema de independencia o autonomía. El Presidente Santos se eligió para gobernar por unas tesis y ha gobernado con otras.

¿Resultará inevitable que usted termine en la política?

Nosotros hemos acompañado a mi papá en esta lucha durante toda la vida. Con la ayuda de Dios lo seguiremos acompañando. Pero a mí me llama la atención el emprendimiento y seguiré apoyando el liderazgo político de mi padre desde esta orilla.

Algunos confunden emprendimiento con negocios…

Yo hice mi primera empresa hace 12 años. Hoy en día nuestras compañías generan más de 500 empleos. Una de nuestras compañías, por ejemplo, que se dedica a la gestión de residuos industriales está certificada en normas técnicas. Sudamos para generar empleo, sin intrigas, marginados de la plata fácil. A la gente que ha trabajado con nosotros le consta nuestro nivel de compromiso y nuestra integridad a la hora de trabajar.

Por su experiencia en el tema, ¿qué piensa sobre el problema de las basuras en Bogotá?

Nuestra compañía Ecoeficiencia no se dedica al aseo público, no recoge basuras de la calle. No tenemos intereses en las basuras de Bogotá y respecto a su pregunta, creo que Bogotá ya vivió la historia de estatizar las basuras y eso no funcionó bien. El país entero y el mundo desarrollado han migrado hacia esquemas de concesión a privados que son mucho más eficientes. Por ejemplo la ciudad de San Francisco, que tiene la tasa de reciclaje más alta del planeta: recicla un 67 % de los residuos y está bajo un esquema de concesión. Igual las ciudades capitales del mundo. Entonces me parece que le hace un daño a la ciudad improvisando y dando esquemas que ya en el pasado fallaron.

¿Cómo está viendo al alcalde Petro?

Me dio tristeza ver en estas navidades la ciudad tan fea. Yo recuerdo que llegué a Bogotá en 1999, cuando empezaba a verse la transformación de la ciudad por parte de los alcaldes Peñalosa y Mockus, que nadie quería visitar la capital. Después se volvió un centro apetecido de turismo. Pero ha vuelto a ser percibida como una ciudad desorganizada y caótica.

¿Usted, que se volvió un empresario, no se siente asqueado por la política?

Nos ha tocado mucha cosa, vivir lo bonito y lo feo de la política, el cariño popular, la confianza de la ciudadanía, la gratitud de muchos colombianos que reconocen la entrega de mi papá y el sacrificio por sus ideas. También hemos vivido lo feo: los ataques, la deslealtad, etcétera. Hay momentos de felicidad y  amargura, pero lo importante es que en la mente primen los primeros, para no llenar el corazón de resentimiento.