Hoy la dieta es fundamental en la preparación de los futbolistas de alta competencia. Hace unos años aparentemente influía menos, pero la evolución de los biotipos que cada vez se especializan más, los cambios de hábitos alimenticios y los riesgos en el control del peso, hacen que el tipo de alimentación deba adecuarse en los deportistas. Es indudable que los nutrientes han cobrado una importancia singular en la preparación.

Los días en los que todos los jugadores comían de la misma olla van quedando atrás, por lo menos en los planteles más ambiciosos. Ahora es posible diseñar dietas individualizadas, con las proporciones precisas de carbohidratos, grasas, proteínas y demás nutrientes requeridos para sacar máximo provecho a los entrenamientos.

Concibiendo el fútbol como una disciplina deportiva de alto valor e interés público, desde la ciencia debemos aportar con argumentos para su evolución razonable. El apoyo cardinal debe recibirlo ante todo el protagonista que se expone en el campo, el jugador. Para ello se deben contextualizar las condiciones que lo optimizan y lo protegen, esculcar como lo hacemos en investigación, en los factores que lo llevan al máximo rendimiento .

Por lo tanto debemos considerar que el futbolista exitoso requiere:

1.Talento extraordinario,

  1. Mentalidad de ganador,
  2. Desarrollo de un biotipo preciso,
  3. Impecable preparación atlética.

En las dos últimas cualidades influye de manera directa el tipo de alimentación en la que se apoye el futbolista. La calidad y selección de los nutrientes determina también su nivel de desempeño y eficacia.

Los jugadores pueden ser estudiados para evaluar sus exigencias y comportamiento en la cancha. El gasto calórico no es el mismo en un defensa que en un delantero y las reacciones musculares son también distintas. Por lo tanto los resultados de tanto trabajo científico se pueden ver en el campo y permiten diseñar dietas apropiadas en cada caso.

Los entrenadores, desde luego, son los primeros en sacar provecho de estos atletas de nueva generación. La necesidad de hacer el fútbol mucho más defensivo, de reducir espacios y de aplicar nuevas tácticas hizo que los futbolistas mejoren su contextura física, que reduzcan su porcentaje de grasa y aumenten su musculatura.

La actual generación de futbolistas supera físicamente a las ‘viejas glorias’, aun cuando algunas hayan sido portentos en su tiempo. La contextura del futbolista definitivamente ha variado a lo largo de los últimos 30 años. Garrincha o Diestéfano en su momento seguro que tenían un porcentaje de grasa mayor al  que actualmente se permite. Sin embargo, en sus tiempos eso no importaba tanto. Con el talento y la corpulencia les bastaba.

Los futbolistas de antaño recorrían, en promedio, ocho ó nueve kilómetros por partido. Ahora pueden ser entre 12 y 15. Y, a diferencia de antes, buena parte de esa distancia se cubre corriendo. Eso significa que el deporte también ha cambiado. El fútbol actual es más intenso que el de antes y exige una reserva mucho más elevada de glucógeno.

Definitivamente, la tolerancia a los desarreglos físicos también se ha reducido a la mínima expresión. El sobrepeso en un futbolista ha pasado de ser pecado venial a causal de excomunión. De allí que la alimentación no es asunto menor influye de manera decisiva con un menú variado. El actual, es también un fútbol a la carta.

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Redacción Minuto30

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