Retomar la empresa familiar y hacer que fructifique es un reto difícil; al igual que verse llamado a suceder a un monumento, o que soportar la comparación con un grande de la profesión. Pues bien, el colombiano Jhon Córdoba, con apenas 20 años, ¡ha logrado asumir los tres desafíos a la vez! Y semejante hombrada resulta más notable si cabe teniendo en cuenta que la profesión en cuestión consiste en hacer temblar las redes.

Jhon Córboba, autor del gol del empate frente a Australia en la primera jornada del Grupo C. FIFA

Jhon Córboba, autor del gol del empate frente a Australia en la primera jornada del Grupo C. FIFA

Meter goles es algo que el delantero de la selección cafetera sub-20 aprendió muy pronto. Tal vez, incluso antes que hablar o andar. Le bastaba con ver a su padre ejerciendo su oficio… Manuel Acisclo Córdoba repitió esa acción en 153 ocasiones; lo suficiente para hacer nacer una vocación en el pequeño (en aquel entonces, porque hoy mira al mundo desde sus 1,86 metros de altura) Jhon Andrés. “Mi padre me ayuda mucho, como todos los padres.

Pero él ha pasado por ahí, por lo que sabe exactamente de lo que habla y qué consejos dar”, explicó el retoño a FIFA.com tras la primera victoria colombiana en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Turquía 2013, frente al país anfitrión. “Me apoya muchísimo. Ahora confío en mi propia capacidad y en mi propio talento, para tener una carrera tan admirable como la suya”.

La de Manuel lo llevó, entre otras cosas, a defender las camisetas de Atlético Nacional, Millonarios, Santa Fe o Independiente Medellín, y a degustar los honores de la Copa Libertadores y de la selección nacional. Jhon todavía no ha llegado a eso, pero con semejante modelo, parece difícil no progresar.

“Es un padre y un profesor a la vez”, confirmó el veinteañero, autor del gol del empate frente a Australia en la primera jornada del Grupo C. “Me habla a menudo de los tantos que marco y los compara con los que marcó él. Su ayuda y sus consejos fueron importantes sobre todo cuando empezaba en los torneos regionales. Después, cuando te haces profesional, ya no es realmente tan necesario”.

El Drogba colombiano
Sobre todo porque el fútbol colombiano de los años 80, la época gloriosa del progenitor, y el fútbol en el que milita su sucesor no tienen mucho que ver. “Cuando yo comencé, los equipos pasaron de tres delanteros a dos, pero mi hijo se acostumbró a jugar solo”, analizaba Manuel en la primera campaña de Jhon en Envigado, en 2012.

“Eso es bueno para un delantero. Te obliga a ser mejor jugador, no sólo definidor, porque no tienes tanto acompañamiento”. Efectivamente, el joven delantero centro progresa partido a partido, hasta el punto de llevar a su padre a confesar lo siguiente: “Jhon Andrés es mucho más potente de lo que yo era. Además, tiene mejor juego aéreo; es un hombre de área”.

Sin duda, son esas cualidades, añadidas a la envergadura del joven ariete, a su capacidad para retener el balón y a su instinto de goleador, las que han llevado a los periodistas locales a calificarlo como “el Drogba colombiano”. Un detalle halagüeño, sí, pero a veces pesado de soportar. Y es que ¿cuántos “nuevos Pelés”, “nuevos Zidane” o “Maradonas de tal o cual país” se han quemado las alas, asfixiados por la comparación?

Pero Córdoba está listo para asumirla. “Es verdad que tengo un juego y unas características que recuerdan un poco a las de Didier Drogba. Es un honor y una gran presión”, concedió con un aire súbitamente molesto, que contrastaba con su aspecto de gigante, antes de recobrar enseguida su habitual seguridad. “Pero da igual. Un apodo, está bien, pero yo quiero que recuerden mi nombre: soy Jhon Córdoba. Quiero hacer historia con mi propio nombre y convertirme en un gran artillero”.

Tras los pasos de Jackson
Para ello, ¿qué mejor que seguir las huellas de un tercer delantero talentoso? Con su fichaje por el Jaguares de Chiapas mexicano en 2012, el prometedor Cafetero no sólo cumplía su sueño de vivir una experiencia en el extranjero, sino que, sobre todo, se incorporaba a un equipo que acababa de quedarse sin su goleador estrella, un tal Jackson Martínez, internacional colombiano que se había marchado a hacer las delicias de la afición del FC Porto. “¡Es verdad! Es otra pesada herencia más que soportar”, bromeó cuando le hicimos notar esa otra sucesión a asumir. “Eso quiere decir que se espera mucho de mí. Espero estar a la altura. Es un orgullo seguir los pasos de Jackson”.

Tras una temporada en el Chiapas, Córdoba ha sido cedido al Dorados de Sinaloa para el año próximo, con el fin de obtener más minutos de juego y, tal vez, llamar la atención del seleccionador de la absoluta, José Pekerman. En ese caso, Córdoba se echaría a los hombros otra herencia: defender los colores de Colombia en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™ tras 16 años de ausencia. FIFA

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