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El 9 de marzo de 1993 Semana compartió la historia del feminicidio de la pequeña Sandra Catalina Vásquez, quien fue violada y estrangulada en una estación de Policía de Bogotá el 28 de febrero de ese mismo año.
De acuerdo con Semana, la niña de 9 años salió ese domingo con su mamá, Sandra Yaneth Guzmán, rumbo a una iglesia cristiana, pero se detuvieron en la estación de Policía de la calle 18A con carrera tercera de Bogotá para reclamar la cuota de manutención que le daba su papá, el agente Gustavo Vásquez González.
Cuando llegaron al lugar el padre de la niña no estaba en la estación, pero cuando la madre hablaba con el vigilante, Sandra Catalina se soltó de su mano e ingresó al lugar y la mamá vio “cómo se perdía entre los 120 policías que estaban en el edificio”.
Posteriormente Sandra Yaneth ingresó a la estación, donde encontró a la niña tirada, sangrando por los genitales y estrangulada “con una supuesta cuerda de cortina”, en el baño del tercer piso, sitio que estaba desocupado por remodelaciones.
En el momento en que fue hallada, Sandra Catalina aún tenía signos vitales, pero murió en el camino a la Clínica San Juan de Dios, donde su madre cuestionó “si una persona no está segura en una estación de Policía, ¿entonces dónde?”.
El caso de Sandra Catalina y un ¿culpable?
El papá de la niña no pudo asistir a su sepelio porque fue tomado como el principal sospechoso, aunque estaba comprobado que no estaba en la estación al momento de los hechos.
En 1995 la Policía, la Fiscalía, y el FBI realizaron pruebas de ADN a los 120 policías que se encontraban en la estación cuando fue asesinada Sandra Catalina, hallando una coincidencia en el material genético de Diego Fernando Valencia, quien aceptó su culpabilidad.
Valencia narró que ahorcó a la niña con el cordón de su chaqueta cuando intentó escapar, por lo que fue condenado a 45 años de prisión, pero recobró su libertad en 2006.
En 2018 Sandra Yaneth declaró ante La W que no creía que Valencia fuera el culpable, sino que pensaba que se allanó a los cargos para proteger a un policía de alto rango, considerando que en la estación había coroneles y capitanes.
En ese mismo año la Universidad de los Andes demolió la estación donde asesinaron a la pequeña y su mamá Sandra Yaneth le dio los primeros martillazos a la estructura.
Semana describió en un artículo que “el crujido del cemento y su llanto desgarrador son lo único que se escucha entre la muchedumbre silenciosa que observa conmovida el desahogo de una madre que intenta matar a una bestia”.
Sandra Guzmán y Blanca Aranda, madre y abuela de la niña Sandra Catalina Vásquez. Foto: León Darío Peláez / SEMANA.
Blanca Aranda, abuela de Sandra Catalina Vásquez. Foto: León Darío Peláez / SEMANA.
Cabe mencionar que según la Corporación Sisma Mujer, en el 2021, 210 mujeres fueron víctimas de feminicidios en el país.
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La Asociación de Cabildos Indígenas del Cauca -ACIN-, denunció el secuestro de cuatro menores pertenecientes a esa comunidad https://t.co/ghD12x97Id
— Minuto30.com (@minuto30com) March 9, 2022
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