Resulta que los amantes secretos de Uribe y sus ideas están enloquecidos por hacerse notar, aprovechando el cumpleaños de la muerte violenta del señor Jaime Garzón el 13 de agosto de 1999.

Es tal su obsesivo enamoramiento que acusan al “Uribismo” de estar implicado en ese asesinato. De hecho el “Uribismo” si es que se puede considerar como un ente reconocible, se empezó a gestar 11 años después en el 2010 cuando el anterior mandatario traicionó las ideas con las cuales fue elegido y el descontento de sus electores se fue aglutinando alrededor de lo que fue el gobierno de la seguridad democrática.

Pocos años después para las elecciones del 2014 se consolidó como el partido Centro Democrático. En el sancocho que mantienen en su cabeza estos amantes no correspondidos enredan fechas, deducen creaciones, tuercen la historia con tal de justificar esos sentimientos secretos y desafortunados.

Hace muchos años me encontré con un amigo de la adolescencia que persistió en sus veleidades comunistas. De hecho eran las ideas de Marx, que no han evolucionado desde 1867, cuando publicó su primer libro Das Kapital y le comenté que contrario al resto de sus amigos de la infancia, él era el único que no había evolucionado y se había quedado estático en su pensamiento y en su manera de ver la vida. Después de un momento de reflexión soltó la carcajada y me dio la razón pero cosa extraña, no cambió para nada en su forma de ver la vida.

Lo anterior para intentar comprender el porqué de ese fanatismo enceguecedor de algunos compatriotas y muy posiblemente otros no coterráneos, que consideran que las cosas que consigue el que trabaja se deben repartir entre todos sus paisanos sin distinción de lo que cada uno aporte.

Para recordar algo de historia traigo esta perla: “Estatuto de Seguridad y Defensa de la Democracia, expedido en 1978” durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala. En este decreto se propicia la creación de grupos de civiles aupados por las fuerzas armadas para coadyuvar en la lucha en contra de las organizaciones delictivas que asolaban el territorio nacional con secuestros, extorsiones y actos de terrorismo inclemente.

Esto se convirtió en las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) en la década de 1990 al 2000. Esta recapitulación es importante para que quienes andan enceguecidos contra Uribe tengan algo de contexto para explicar su odio insano.
Ese odio que se manifiesta en comentarios como los de un integrante del cartel de las comunicaciones que expresa: “En los Uribistas “la boca es el aparato excretor del cerebro”. Entiendo que lo que se puede excretar del cerebro son ideas que se traducen en palabras o escritos, creaciones artísticas que se ven, se oyen o se palpan en las pinturas, obras musicales, esculturas, diseños y en fin todas esas creaciones que no son capaces de realizar los caricaturistas que solo se limitan a exagerar rasgos o facetas existentes.

De hecho las excretas de los uribistas y algunos no uribistas, son el postre para sus ilusos y enfermos enemigos.
La polarización que tanto mencionan los medios afines al gobierno anterior, es indudablemente propiciada por este tipo de comentarios insultantes, provocadores y dañinos que realizan individuos, cuyo intelecto esta obnubilado por el odio hacia quien desenmarañó el embrollo en el cual, la claqué santafereña ha mantenido a Colombia en el estado de atraso debido a sus corrupciones. Ellos desde siempre han ordeñado al estado y cuando alguien llegó y demostró que se puede tener un aparato estatal eficiente, austero y honrado que trabaje por el pueblo y sea transparente en el manejo de los recursos, se sintieron atacados.

De ahí ese odio visceral y castrante que los carcome que empezó a manifestarse desde el 2003 cuando usaron todo tipo de mañas, propias de mentes bien torcidas para torpedear el referendo que les quitaba muchas de las tetas usuales en sus prácticas corruptas. Como reacción nos metieron ese fiasco del espurio y ahora sale el contralor Maya escandalizado por el robo que le hicieron a Colombia en los últimos años y hablando después de, cuando pudo hacerlo en el momento en el cual sucedían los actos de corrupción. “los aguacateeeees”, “Las Papayaaaas”. Pasó de largo, no compró y después se queja porque no los tiene.

La polarización estará mientras no quieran soltar esa gallina de huevos de oro que consideran de su exclusividad.
Postre: Esos defensores del status quo de la claqué bogotana son como algunos abogados que le dicen a su Cliente: “deme las cosas claras que yo se las enredo”. Le gusta la maraña y la trampa.

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Redacción Minuto30

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