La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) planea comercializar próximamente la leche y carne de animales clonados, porque considera que esos productos son seguros para el consumo humano, a pesar de la controversia que existe en Europa sobre el tema.

La Administración de Alimentos y Fármacos de ese país asegura que esos productos no representan ningún riesgo.

“La carne y la leche que provienen de vacas, puercos y otros animales que han sido clonados son igual de seguros que los animales que comemos tradicionalmente”, dijo Siobhan DeLancey, vocero de la FDA.

Desde 2001, el organismo federal intensificó su investigación sobre los efectos de los productos a base de animales clonados sobre la salud humana. En su reporte final publicado en 2008, expertos concluyeron que ese tipo de alimentos no afectaban en nada al ser humano.

Sin embargo, la FDA y el Departamento de Agricultura de EU (USDA) mantienen los alimentos fuera del mercado y piden por ahora a los productores de ganado no vender sus productos.

“La USDA cree que esos productos estarán en el mercado en un futuro cercano, pero estima que un periodo de transición es necesario para que nuestros socios comerciales puedan adaptarse”, explicó.

Además, el Departamento de Agricultura continúa apoyando a la industria de la clonación, afirmó DeLancey, y presionará a las demás instituciones estadunidenses relacionadas con el tema para que los animales clonados entren en la dieta estadunidense.

Esa declaración llega poco después de que en Inglaterra surgiera una controversia por el reportaje del diario The New York Times, el 1 de agosto, en el cual se narra que un granjero había vendido leche de vacas clonadas a Estados Unidos y embriones a Canadá.

Aunque actualmente los productos que provienen de animales clonados están prohibidos en todos los mercados internacionales.

La Agencia de Verificación de Alimentos (FSA) de Inglaterra ordenó una investigación urgente para saber si la leche de las vacas clonadas se encontraba en los supermercados del país y asegurarse que los productores no tenían alimentos derivados de clones en sus existencias de leche, negocio que representó para esa nación 3.5 mil millones de libras (69 mil 889 millones de pesos) en 2009.

La Comisión Europea, en su informe sobre clonación, comentó que los animales clonados son copias idénticas del original, sin ninguna transformación de los genomas, pero prohíbe su producción y su venta.

“Existe incertidumbre en los estudios que hicimos porque no son suficientes para determinar si hay diferencias entre la leche y carne de animales clonados y los productos de animales originales.Los alimentos tradicionales son producidos a partir de animales en buen estado de salud”, se puede leer en el documento de la Agencia Europea de Verificación de Alimentos (EFSA).

Las inquietudes de autoridades sanitarias y alimenticias internacionales alarmaron a productores de leche porque no se conoce quién es el granjero que vendió la leche y los embriones. El productor habló bajo el anonimato a The New York Times.

“Desde 2007, la FSA considera los alimentos hechos con animales clonados como productos nuevos, por lo tanto necesitan una autorización para poder ser vendidos. Como somos la autoridad que acepta o rechaza la comercialización, la agencia no ha recibido ninguna solicitud  sobre  clonación ni se emitió ninguna autorización”, escribió la FSA en un comunicado.

En Canadá, la situación es la misma. Los productores no pueden comercializar ese tipo de alimentos.

Esos productos son conocidos como nuevos, lo que obliga al Ministerio de  Salud de Canadá a realizar varios estudios antes de permitir su comercialización para asegurarse que la gente no se expone a enfermedades u otros problemas sanitarios.

“Salud Canadá aconseja a sus productores agrícolas que quieren utilizar esa nueva tecnología para producir leche y alimentos para el consumo humano que presenten sus documentos al ministerio. Mientras se realiza la investigación, recomendamos que sigan trabajando con las normas actuales”, señaló a este diario Gary Holud, vocero de Salud Canadá.

En el mercado existen varios productos transformados por los humanos, como uvas y sandías sin semillas, leche con vacunas o antibióticos, cereales con más nutrientes y carnes con mejores propiedades nutritivas.

Las autoridades sanitarias aseguran que los alimentos genéticamente modificados se enfrentan a las mismas políticas y deben ser aprobadas antes de su comercialización.

Sin embargo, consideran que esos productos entran en otros tipos de alimentos.

“Los animales y plantas genéticamente modificados son creados por la manipulación del código genético del animal o de la planta para producir ciertos resultados. La modificación implica el cambio de una célula para aumentar su resistencia contra las enfermedades, los insectos, las sustancias químicas o la sequía, entre otros”, explicó Gary Holud.

Otros son modificados para que produzcan más frutas o verduras, como es el caso de las plantas de fresas o jitomates, por citar dos ejemplos.

“Autorizamos productos con OGM cuando estamos seguros de que no tienen efecto negativo para la salud humana. No podemos arriesgar a los consumidores”, afirmó Holud.

La UE autorizó recientemente la comercialización de seis tipos de maíz genéticamente modificado destinados a la alimentación de animales.

La Comisión Europea afirmó que ese maíz recibió un resultado científico favorable.

Al aprobar esos productos, la UE pone fin a la escasez de alimentos para animales y acaba con los problemas en los puertos europeos porque las autoridades sanitarias regresaban el maíz que contenía una taza muy baja de OGM, aseguró la EFSA en un comunicado.

Sin embargo, la falta de normas y políticas sanitarias puso otra vez al gobierno de China en problemas.

La leche materna para bebes chinos podría ser la causa de un nivel anormal de hormonas y de la aparición de senos entre las niñas, informó el diario China Daily el lunes pasado.

Según la información publicada, niñas chinas de entre cuatro y 15 meses de edad tienen un nivel muy alto de estradiol y prolactina y sería superior al promedio de mujeres adultas.

“Como China no tiene legislación que prohíba las hormonas en la cría de ganado, sería mentir el hecho de decir que nadie las utiliza”, expresó Wang Dingmian, ex presidente de la asociación lechera de la provincia meridional de Guangdong.

Esa industria vivió otro escándalo en 2008 por la melanina en leche para niños que provocó la muerte de seis bebes y 300 mil enfermos.

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Redacción Minuto30

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