Johandrey Rafael Jassi Amarís fue asegurado en establecimiento carcelario por orden de una juez de Bogotá con función de control de garantías, al considerar que podría ser responsable de los hechos donde fue muerta una profesora de matemáticas.
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La juez en su decisión apoyó la petición de una fiscal de la Unidad de Vida, quien manifestó que el imputado es un peligro para la sociedad y por la naturaleza del delito y la crueldad con que se actuó, era necesario dejarlo tras las rejas.

En una audiencia pública, la fiscal del caso narró que la profesora de 29 años, Mónica Andrea Bravo Rueda, quien dictaba clases de matemáticas a niños y jóvenes de primaria, en un colegio del norte de Bogotá, el 11 de diciembre de 2014, en la 82 con 11 al norte de la capital del país, abordó un taxi con destino a su casa.

Hacia las 7 y 40 minutos de la noche, en el sector del centro andino, la recogió el taxi de placas VDP 282 y casi una hora después, el mismo vehículo llegó a inmediaciones de la carrera 62 con calle 26.

Un testigo de ese momento contó que pudo observar un taxi de placa VDP 282 que se detenía, y desde la silla de atrás fue lanzada la víctima, quien quedó tirada en la vía pública.

Expresó que la víctima, posiblemente no quiso dar el número de su clave y en retaliación para someterla, quien le amenazaba en la parte de atrás le causó la herida en su pierna y otra en el pecho, las cuales le produjeron la muerte, pues murió desangrada.

La narración de la Fiscalía permitió conocer que Jassi Amarís, al siguiente día de los hechos no se presentó a laborar en su horario habitual, pues el taxi lo recibía a las 4 de la tarde y lo entregaba hacia las 6 de la mañana.

La investigación también permitió establecer que el imputado, tras los hechos, llamó a la administradora del vehículo que manejaba para informarle que debía viajar y la deuda que mantenía con su patrón, la cubriría mediante pagos por correo.

Luego del homicidio de la profesora de matemáticas, el imputado, quitó los tapetes y lavó la silla trasera, acción que fue confirmada por otro conductor que recibió el turno de las 6 de mañana y por la administradora del carro quien le reclamo por la pérdida de los tapetes.

Pese a que Jassi Amarís lavó la silla, los peritos de Medicina Legal pudieron establecer que en el automotor habían aún partículas de sangre.

Como complemento al resultado de la inspección al automotor, el conductor que recibió el carro en la mañana, señaló que la silla de atrás del carro estaba mojada y dentro del taxi se percibía un olor característico que no pudo establecer, enfatizó la fiscal.

En el homicidio de Mónica Andrea Bravo Rueda, el imputado actuó apoyado por más personas, dijo la fiscal, pues en la parte de atrás del automotor debía haber otro, quien fue el que abrió la puerta de atrás y lanzó el cuerpo a la vía pública y por los videos recogidos se pudo determinar que otros dos sujetos que se movilizaban en motocicleta siempre siguieron el taxi en el que se perpetró el crimen.

En la audiencia, el procesado no aceptó los delitos de homicidio agravado en concurso heterogéneo con hurto calificado y agravado, en concurso con secuestro.

Al final el imputado fue enviado a la cárcel nacional Modelo de la capital del país.

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