En nuestro camino por la vida debemos aprender todos los días, sobretodo a ser humildes para entender que cualquier persona está en la capacidad de enseñarnos y que cada situación, trae inmersas experiencias para nuestro crecimiento individual y social.

La posibilidad de aprender la encontramos en cualquier parte, siempre que tengamos la disposición y actitud que nos permite identificar esos elementos cotidianos que se convierten en nuestros maestros. Este crecimiento personal es lo que le da sentido a nuestra existencia, cuando el ser humano se siente vacío, conocerse así mismo y las necesidades de su entorno, permiten un aprendizaje que nos capacita para llenar esos espacios y cambiar permanentemente nuestra perspectiva sobre la vida.

Se dice que lo único constante en la vida, es el cambio, el deporte no es ajeno a este fenómeno y hay que aceptarlo, ha ido cambiando desde la metodología de preparación de los atletas, pasando por las nuevas formas de administración y marketing, hasta su terminología, pero la esencia sigue siendo la misma que nos llena de esperanza y nos ha unido en momentos históricos de la humanidad.

Este es uno de esos momentos en los que la humanidad requiere un esfuerzo de quienes hacemos parte del sector deportivo y es raro decirlo, pero en este caso debemos pensar en el bien de la mayoría y entender que el deporte no es lo más importante, lo más importante hoy es preservar la vida, aunque esto nos implique suspender por un tiempo las actividades propias de nuestro entorno laboral y de entrenamiento.

Todo lo anterior da pie para afirmar que debemos tener la apertura y la flexibilidad necesarias ante los cambios. Esta capacidad es parte fundamental para la consolidación de los procesos deportivos y administrativos en las diferentes organizaciones que hacen parte del sistema mundial del deporte.

Estos cambios están presentes también en la vida cotidiana, por lo que debemos hacerle entender a nuestros deportistas y aficionados, que en todas las actividades que se desempeñan diariamente, hay buenos y malos momentos, pero estos deben de ser asumidos siendo conscientes de su aporte para nuestro crecimiento, por lo tanto, es fundamental trabajar sobre unos principios de vida que nos permitan sacar el mayor provecho ante cada situación.

Aunque la vida está en constante evolución, debemos construir valores personales que nos ayuden a mantener una identidad y nos acerquen día a día a nuestros objetivos, estos hábitos deben estar cimentados por el orden y la preservación del bien común sobre el particular.

¿Qué mejor oportunidad para replantear los caminos que esta pandemia del Covid-19?. Está claro que nuestros modelos económicos, políticos y sociales necesitan oxigenarse y ha sido la naturaleza, desde su gran sabiduría, la que nos hace este llamado para observar y valorar lo realmente importante en este proceso de vivir para mejorarnos a nosotros mismos y mejorar nuestros entornos.

A partir de esta vivencia debemos empezar a realizar un trabajo voluntarioso e incluyente, en el que muchas más personas puedan garantizar su acceso a la consecución de sus objetivos de vida y para que los demás aprendamos a priorizar.

Esto significa entender realmente la importancia del tiempo compartido con los más cercanos, el tiempo de calidad con los amigos y los aspectos de interés que mueven nuestras emociones para la consecución de las victorias secretas, que son las que terminan dándole sentido a nuestra permanencia terrenal.

Sin lugar a dudas, esta experiencia vivida durante ya más de dos meses y que seguramente se llevará otros cuantos, para volvernos a la normalidad, marca una tendencia clara y es que es poco probable, que nuestra “normalidad” vuelva a ser la misma a la que estábamos habituados antes del Covid-19. Superar esta pandemia, significará un avance para la humanidad y cuando se logre esta transformación personal y social, estaremos cerca de construir nuevos paradigmas para el desarrollo de la vida humana.

Experimentar una pandemia debe ayudarnos a fortalecer valores como el respeto. Están sucediendo cosas que se salen de nuestro alcance y debe confiarse en las medidas impuestas por las autoridades en cada territorio, en este sentido podremos garantizar la convivencia entre vecinos, teniendo empatía por la situación en la que deben desenvolverse los otros, familiares, amigos, ciudadanos, dirigentes…

Es la oportunidad de entrar en una hermosa sintonía que permita generar un mejor ambiente social y en consecuencia se vea reflejado en la construcción de una sociedad equitativa con oportunidades para todos.

Definitivamente en esta pandemia el deporte competitivo ha pasado a ser de forma demostrativa, lo más importante de lo menos importante. La empatía en momentos de crisis, nos prepara para dar el salto de calidad, que la naturaleza nos ha pedido desde hace mucho rato dar como humanidad. ¡El deporte puede esperar!

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Redacción Minuto30

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