La inflación es uno de los indicadores que más preocupa a todas las familias en general, y especialmente a aquellas de menores ingresos, puesto que es a quienes más afecta, debido a que con sus ingresos, cada cierto tiempo pueden adquirir menos bienes y servicios, y pueden destinar menos dinero para el ahorro, lo cual acarrea perdidas de bienestar dentro del hogar.

Un claro ejemplo de cómo afecta la inflación a las familias se puede dar con el concepto de arrendamiento. Así, podemos suponer que una familia arrendataria de una vivienda por más de 10 años, al principio pagaba un canon de trescientos mil pesos ($300.000), pero actualmente paga un canon de quinientos mil pesos ($500.000) por el mismo concepto. Siendo este cambio del precio lo que los economistas llaman inflación.

Fuente: Elaboración propia con datos tomados de www.banrep.gov.co

Como puede observarse en la gráfica, la evolución de la tasa de inflación en Colombia en los últimos tres años muestra que el nivel de precios ha subido aceleradamente. Hasta el año 2014, el nivel de precios en el país era muy estable, debido en gran parte al control de las variables macroeconómicas por parte del Banco de la República que, dicho sea de paso, adopta una política monetaria consistente en mantener una tasa de inflación a la baja.

Pero para el año 2014 las condiciones comienzan a cambiar: el precio del barril de petróleo cae en más del 50% y para una economía en la que el 55% de las exportaciones nacionales en dólares son sustentadas por la venta de crudo a nivel internacional, la caída del precio sólo puede tener efectos negativos; además, el 20% de la financiación gubernamental proviene de este recurso natural, y la inversión extranjera directa que se ha recibido en nuestro país, se concentra en gran parte en el sector del petróleo.

Este fenómeno, se vio reflejado en una disminución de la producción y en un decrecimiento de la entrada de dólares al país, hecho que provocó un aumento en la tasa de cambio (devaluación del peso), y conllevó a que la importación de bienes fuera más costosa, dando como resultado un encarecimiento en la producción nacional, debido a que las materias primas traídas desde el exterior son más costosas.

En el año 2015 continuó la tendencia al alza de la inflación, como consecuencia de la caída de las exportaciones de bienes de origen minero, las cuales se acentuaron por la mayor caída del precio del barril de crudo, alcanzando aproximadamente el 35% anual. Este fenómeno provocó un afincamiento de la devaluación del peso, lo cual siempre es sinónimo de inflación, y adicionalmente, aumentó el precio de los alimentos debido a la escasez que generó el impacto del fenómeno del niño en el país.

Aunque la inflación es una variable común dentro de la dinámica de la economía, es obligación de las autoridades encargadas del control de la misma, que en el caso de nuestro país corresponde al Banco de la República, mantenerla en un bajo nivel, con el fin de conservar el poder adquisitivo de las familias, pues como se dijo anteriormente, la inflación afecta de manera directa el bolsillo de los consumidores y del ciudadano de a pie.

Adicionalmente, el tema comienza a afectar a los emprendedores cuando se aumentan los costos de producción al aumentar el precio de los insumos, de los salarios y del uso del capital.

Por otro lado, cuando la autoridad monetaria del país detecta señales de alzas en la inflación, una de las herramientas que puede utilizar para nivelar los índices, es el aumento de la tasa de interés, haciendo que sea más costosa la adquisición de créditos de financiación, hecho que sí afecta directamente a los emprendedores, ya que la financiación de nuevos proyectos es más alta y entorpece directamente la creación de nuevas empresas.

Además, este aumento de la tasa de interés también afecta el consumo de bienes y servicios por parte de las familias, ya que, en primer lugar, el aumento de la tasa de interés fomenta el ahorro en la economía y como consecuencia natural se reduce el consumo; y en segundo lugar, el crédito de consumo se encarece y por tanto las personas se abstienen de consumir con tarjeta de crédito o de solicitar préstamos para bienes duraderos como automóviles o electrodomésticos.

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Especialista en Derecho Empresarial
Magister en Economía Aplicada
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Redacción Minuto30

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