Quiero empezar estas líneas advirtiendo que no me gustan los embustes, tampoco los eufemismos y menos la hipocresía, no estoy de acuerdo en que se disfrace la realidad, “al pan, pan y al vino, vino”.  Para quienes al leer estas líneas se preguntan por los embustes y los eufemismos, quiero decirles que un embuste es una mentira grande, muy grande y, eufemismos son palabras o frases menos ofensivas que se utilizan para decir algo que, siendo evidente, sirve para disfrazar la realidad y evitar traumatismos o peleas.

Los eufemismos tratan de hacer ver las cosas de otra manera, es así como a las personas con muchos años no les dicen viejos sino adultos mayores o personas de la tercera edad, al feo le dicen que está mal arreglado, el gamín ya no es gamín sino un habitante de calle, ahora dizque no hay gordas sino mujeres trocitas, ah, hoy no se habla de infidelidades sino de encuentros placenteros ocasionales, y, lo más casual que he escuchado, es que hoy a nadie le da diarrea sino que padece de un tránsito intestinal acelerado.

La realidad, por el hecho de cambiarle de nombre o utilizar otros adjetivos, no deja de ser lo que es. Lo cosas son como son, no las debemos enmascarar.

Tengo claro que las personas expertas en embustes son los políticos, bueno…, no todos, sólo el noventa y nueve por ciento.  El embuste que más recuerdo fue el que llamaron “seguridad democrática”, tantos muertos y tan poquita seguridad.

También recuerdo que el año anterior (2019) al presidente se le ocurrió cambiarle el nombre a la reforma tributaria llamándola “ley de crecimiento económico”, de igual manera nos puso a pagar más impuestos, pero con otro nombre.

En los últimos días, con el fin de no quedar mal; el gobierno, los bancos y los empresarios están hablando de “acuerdos fraternos”, un nombre muy tierno para decir que tal vez no se va pagar la prima de mitad de año a los trabajadores colombianos, que para eso se harán acuerdos entre las partes. Vaya forma de engañar.

Para el caso de la ciudad de Medellín apareció un eufemismo llamado “Medellín me cuida”, resulta que al mejor estilo de los Estados controladores, de esos que pinta George Orwell en su novela “1984”, el alcalde de Medellín pensando en cómo alimentar su famoso “Valle del Software” en que pretende convertir la ciudad, le dio porque todo debe registrarse en las plataformas de la alcaldía, cosa que no ha sido bien recibida por muchos ciudadanos.

He aquí el caso de una señora quien, al levantarse la restricción para salir a trabajar, acudió a la plataforma para registrarse y se sintió vulnerada en su intimidad al ver la cantidad de datos innecesarios que le solicitaban, procedió entonces a instaurar acción de tutela.

Por considerar que hay vulneración de los derechos a la intimidad, habeas data y al trabajo, el juzgado 45 Penal Municipal con función de conocimiento, falló en contra de la Alcaldía de Medellín y le ordenó, en una sentencia de tutela que efectué el registro en la base de datos “Medellín me Cuida” únicamente de los datos de identificación personal y laboral necesarios”. Periódico El Colombiano, mayo 23 de 2020, pg. 12.

A los pocos días, la apertura de algunos centros comerciales generó una polémica más, otra vez por cuenta de la Alcaldía al solicitar que los usuarios que quieran visitar los centros comerciales, previamente, deben instalar una aplicación en sus celulares inteligentes y mantener activado el bluetooth para hacerle el respectivo seguimiento. La idea, según el alcalde, es salvar vidas.

Con relación a esta nueva controversia, leí con detenimiento el artículo de Esteban Hoyos Ceballos, profesor de derecho constitucional en Eafit, publicado en el mismo periódico con fecha de mayo 29, quien manifestó que “…el alcalde anuncia en sus redes sociales que los clientes deberán estar inscriptos en Medellín me Cuida, instalar CoronaApp y activar bluetooth para ingresar al centro comercial. 

El decreto no dice eso…”  “Cuando el río suena, piedras lleva”, la verdad no estoy de acuerdo en que uno vaya metiendo datos y datos a cuanta plataforma vayan creando. Yo pregunto, ¿para qué quieren tantos datos de los ciudadanos?, ¿qué pretenden?

Muestran por la televisión, presidentes, alcaldes y gobernadores en las centrales de mando unificado, alardeando de tener las mejores cámaras para vigilar ciudades y garantizar la seguridad, ya no sólo son las cámaras, sino que ahora aprovechando la cuarentena alimentan cuanta base de datos existe cada vez que entregan una lata de atún.

Sabiendo que los políticos en Colombia son un “poquito corruptos” por qué no los persiguen y los vigilan para que no se roben las ayudas para los más necesitados.

Insisto, si los alcaldes quieren ayudar y en verdad salvar vidas, vayan a los barrios más pobres de las ciudades, con seguridad que allí hay personas que aún no han desayunado. No más embustes, no más eufemismos, “al pan, pan y al vino, vino”.

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Redacción Minuto30

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