“Me gustan los estudiantes, porque son la levadura del pan que saldrá del horno, con toda su sabrosura, para la boca del pobre que come con amargura”, entonaba Mercedes Sosa. La canción hace honor a uno de los movimientos más poderosos de la historia. En Colombia no nos quedamos atrás.

Me da un poco de risa cuando la gente se indigna, obviamente en redes, porque no llegó temprano por las movilizaciones o que están colapsando las ciudades; gente, para que sepan, gracias a esos pelados ustedes tienen posibilidad de ejercer entre el derecho a que se le proteja por medio de la acción de tutela y un instrumento hermoso que se llama derecho de petición, entre otros. Así como lo leen, se llamó séptima papeleta y fue gestado por los estudiantes. En ese tiempo ejercieron tanta presión al gobierno y a la opinión pública que Colombia cambio una constitución obsoleta de más de cien años de antigüedad, convocando a una asamblea constituyente. Esto solo por poner un ejemplo. Si supiéramos la importancia de la lucha estudiantil seguramente nadie se quedaría en casa y marcharíamos hombro a hombro.

Ahora están luchando por una educación gratuita y de calidad. El gobierno anterior hizo el peor adefesio en temas de educación, Ser pilo paga, un programa que le da dinero a las universidades privadas para que admitan estudiantes que no pueden acceder a ellas. Resultado de la operación: pelados discriminados en universidades “pipirisnais” y la Universidad Publica cayéndose a pedazos a pesar de que con ese presupuesto se podría fortalecer y volver a las públicas a su puesto dentro de las mejores. Así se maneja la educación en Colombia, y de nuevo este solo fue un ejemplo. Necesitamos políticas que aporten presupuesto para la educación, de eso se trata este teje y maneje.

Claro, yo le daría mi sueldo a la universidad, si tuviera con que vivir. La recolección de impuestos voluntarios puede ser una buena acción para generar la corresponsabilidad con la educación de nuestro país, pero lo cierto es que necesitamos voluntad política para que el presupuesto crezca.

Por eso, y por muchos otros factores que nutren este debate, espero que no se vayan de las calles, que no desistan, que estén siempre en pie de lucha, que utilicen toda su creatividad para ser escuchados; y agradezco infinitamente por la valentía de querer cambiar el presente y devolvernos la esperanza de un mejor futuro. “Me gustan los estudiantes, que con muy clara elocuencia, a la bolsa negra sacra, le bajó las indulgencias porque, ¡hasta cuándo nos dura, Señores, la penitencia!”.

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Redacción Minuto30

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