Cuando una mujer usa un lipstick de un color rojo atrevido, es un símbolo de poder femenino.

Cuando me gradué de abogada comencé a trabajar en el Departamento de la Familia en Puerto Rico, en ASUME, y ofrecía clases de Justicia Criminal en la universidad. Ana G Méndez. Para esa época recibí una oferta de empleo para ser la Asesora Legal del Presidente del Senado en la Asamblea Legislativa. Aceptar la posición equivalía a alejarme de mi familia y ubicarme en el área metropolitana sola.

Mi jefa de ese entonces, Lilliam Ojeda, me dijo unas palabras que nunca olvido: “Tienes ante ti probablemente una de las mejores oportunidades de tu vida. No lo pienses mujer, diles que si. Viste la ropa más bella y elegante que tengas, ponte un lipstick rojo y ve a la entrevista.”

Impulsada por ella, tomé una de las mejores decisiones de mi vida. Me vestí muy elegante, me puse un lapiz labial color “nude” color natural, porque el lipstick rojo pasión que ella me decía lo veo para otra ocasión. Sin embargo, entendí su mensaje de que cuando una mujer usa un lipstick de un color rojo atrevido, es un símbolo de poder femenino.

Gracias a que acepté esa posición logré muchas cosas en mi vida y en la de otros. Administraba millones de dólares de la Oficina de Gerencia y Presupuesto y pude apoyar a jóvenes a estudiar en universidades como Harvard, Princeton, y en escuelas de medicina en México. Como también, a personas con enfermedades con condiciones catastróficas pues le pedía al Presidente los ayudara con fondos gubernamentales existentes.

Me convertí en la abogada más joven y mejor pagada del Capitolio. Tenía chofer y escolta disponible. De mi jefe, aprendí a usar el poder para hacer el bien. Pude ayudar a dos de mis hermanas a obtener empleo en el gobierno. De allí pasé a dirigir una agencia gubernamental y luego dirigí una cárcel con más de 750 confinados.

Conocí al mentor más importante de mi vida, mi jefe en la Presidencia del Senado, quien me dijo veía en mi cinco cualidades por las que me elegía entre docenas de abogados para trabajar con él: Te elijo a ti porque eres inteligente, confiable, trabajadora, discreta y leal.

Desde entonces, trato de que esas cinco cualidades me acompañen en todas mis ejecutorias profesionales y personales. Ya él no está entre nosotros, pero sus enseñanzas viven en mi.

Inclusive, escribí una obra de teatro que se llama El Lipstick Rojo.

Es definitivo, que una mujer con un lipstick rojo o de cualquier color, se puede comer el mundo.

Abogada, empresaria, conferencista internacional, y Directora de la Fundación Baila Corazón. Visita su sitio web: www.latinasempowerment.com

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Redacción Minuto30

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