De una u otra forma, durante toda la historia del hombre probablemente se ha apreciado la importancia del clima para la vida terrestre. Desde las primeras épocas de caza y recolección, durante los siglos de métodos de cultivo cada vez más avanzados, hasta hoy en día, las actividades humanas han dependido de las interacciones de la población, la tecnología y el clima. A principios del siglo XX, el determinismo climático proporcionó un fundamento metodológico principal para la geografía, fundamento que sobrevivió para la geografía escolar y universitaria, perdiendo credibilidad durante los años entre las dos guerras mundiales y con ello, probablemente, las razones y los argumentos de los pocos geógrafos de esa época que estaban interesados en la atmósfera y sus efectos sobre el ser humano.

Durante las últimas tres o cuatro décadas ha estado notablemente ausente el estudio del clima, la evaluación científica útil de las relaciones entre el clima y las actividades humanas, el único concepto que muchas veces analiza con rigor, las relaciones existentes: hombre y clima.

El Comité Norteamericano para el Programa de la Investigación Global de la Atmósfera resume admirablemente: “A medida que la población mundial crece y aumenta el desarrollo económico de las nuevas naciones, la demanda de alimentos, agua y energía aumentará continuamente, en tanto que nuestra capacidad para satisfacer estas necesidades seguirá sujeta a los caprichos del clima…”

Evidentemente, a pesar de las preferencias metodológicas dentro de la geografía de este siglo, que abarcan desde el determinismo, el posibilismo y el probabilismo, hasta la cuantificación y la preocupación por lo “significativo”, la comunidad meteorológica internacional está convencida de la importancia del clima y, en particular, del cambio climático y, por consecuencia, está proyectando “hacer algo al respecto”.

Sobre el río Cauca, no se conocen estudios de su clima y de la influencia que tiene por los tantos puntos geográficos que pasa en su gran recorrido hasta llegar al que hoy se conoce como la presa que retiene su caudal. Son pocos los referentes de geógrafos y climatólogos asesorando a los ingenieros que piensan más en el metro cúbico de cemento por inyectar.

Con los estudios climatológicos “convencionales” están los esfuerzos de los meteorólogos, cuya principal preocupación es el análisis del clima como una información indispensable útil para el pronóstico a corto plazo. Por último, el interés primordial de la climatología física está en los balances hidráulicos y térmicos, las relaciones entre el clima y la agricultura, los recursos hidráulicos, transporte e industria y los efectos en la comunidad. Aquí en Colombia, los pocos geógrafos y climatólogos nos dedicamos a enseñar en la escuela primaria y las universidades porque según los ingenieros, poco aportamos a las obras de infraestructura. Aparecen los dilemas en pleno diluvio y pocos saben cómo afecta el clima en el río cauca.

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Redacción Minuto30

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