El “Año D”

“Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.

Con este bello poema extraído de “Campos de Castilla”, don Antonio Machado daba una visión enorme que trascendería en la historia y sería objeto de muchas interpretaciones, entre ellas la que haré para aterrizar nuestros “caminos” en la realidad nacional.

Indudablemente pasó un año infame para la historia colombiana, si bien con unos puntos positivos, también acompañado de la desdicha y el sinsabor propios de un pueblo que repudia a su gobernante, en una democracia meliflua, sostenida como una torre de naipes, por instituciones serviles y debilitadas. El 2017 será para Colombia un camino al que “al volver la vista atrás” recordará lo que puede ocasionarse a raíz de malas decisiones, y de dividir en el 2014 a las personas como “amigos o enemigos de la paz”.

“Se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”, nuestra aleccionadora historia probará que el 2017 representa los crasos errores que Colombia no puede repetir, es un capítulo que termina de un libro que prontamente se cerrará por siempre, porque a pesar de la espera, finalmente llegó el tan anhelado 2018 que nos permitirá darle un nuevo rumbo a este barco que dirigimos todos en beneficio de los intereses nacionales. La tarea para este año es titánica, pues debemos pugnar para fomentar un ambiente fraterno entre nosotros y dirigir la contención en defensa de la Patria, contra los enemigos en común que tanto daño nos hacen; corrupción, terrorismo y narcotráfico.

Los males de Colombia son curables a través de sencillos cambios que puedan favorecernos a todos. Es imperante modificar nuestra mentalidad para inducir en ella un sentimiento de solidaridad colectiva, donde la indiferencia y el desprecio conciudadano no tengan cabida en el ideario colombiano. El afán de servir y proteger a los nuestros ha de ser pieza clave en los retos venideros, escogiendo con rectitud y transparencia a nuestros representantes para alzar la voz en nombre de los colombianos dentro del Congreso de la República.

Que nuestros votos no sean por intereses individuales o por beneficios a unos pocos, sino por el bien de la comunidad, por el bien del País, por evitar que el comunismo que acecha nuestra democracia pueda poner un pie en nuestras sagradas instituciones. Este es el año de Colombia. “Se hace camino al andar”, y nuestro camino está marcado por el triunfo que traerá el sucesor de Juan Manuel Santos, por la resurrección de la democracia e institucionalidad y por el fin de esa división política y partidista que tanto daño hace a nuestros sentimientos Patrios.

¡Fe en Dios y Fe en la Causa!