El Gobierno colombiano dejó en 2015 de asperjar los cultivos ilícitos de coca con el herbicida glifosato, porque ese químico era arrastrado por el viento, contaminando cultivos legales y fuentes de agua, algo que incluso motivó un litigio con Ecuador. EFE/Archivo
El Gobierno colombiano dejó en 2015 de asperjar los cultivos ilícitos de coca con el herbicida glifosato, porque ese químico era arrastrado por el viento, contaminando cultivos legales y fuentes de agua, algo que incluso motivó un litigio con Ecuador. EFE/Archivo

El Gobierno colombiano dejó en 2015 de asperjar los cultivos ilícitos de coca con el herbicida glifosato, porque ese químico era arrastrado por el viento, contaminando cultivos legales y fuentes de agua, algo que incluso motivó un litigio con Ecuador. EFE/Archivo

Estados Unidos insistió en que considera «razonable» pedir a Colombia que retome la aspersión aérea para combatir el «explosivo» aumento de la producción de coca en el país, después de que Juan Manuel Santos expresara su preferencia por la erradicación manual de esos cultivos.

El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, reiteró su posición sobre el tema durante una audiencia en el Comité de Gastos de la Cámara de Representantes.

«Hemos tenido conversaciones con los líderes colombianos y el presidente Santos sobre cómo puede ser que haya pasado esto, que a pesar de que estemos en un proceso de paz las cosas hayan explotado así», dijo Tillerson en referencia al auge en la producción ilícita de coca en los últimos dos años en Colombia.

«Vamos a seguir presionándoles, y si necesitan nuestra asistencia para erradicar estos campos, debemos comenzar ese proceso ahora», añadió el jefe de la diplomacia estadounidense, que este martes ya había instado a Bogotá a retomar la aspersión aérea.

El Gobierno colombiano dejó en 2015 de asperjar los cultivos ilícitos de coca con el herbicida glifosato, porque ese químico era arrastrado por el viento, contaminando cultivos legales y fuentes de agua, algo que incluso motivó un litigio con Ecuador.

Ese cambio de táctica ha coincidido con un aumento en los cultivos ilícitos de coca, que en 2016 alcanzaron la cifra récord de 188.000 hectáreas sembradas, con una producción potencial de cocaína de 710 toneladas métricas, según los cálculos de la Casa Blanca.

El Departamento de Estado aclaró hoy que Tillerson se refería, en efecto, a la aspersión aérea y no a la erradicación manual cuando habló ante el Congreso sobre su apoyo a la «fumigación» de cultivos.

«La erradicación aérea es una herramienta segura y eficaz para afrontar la producción de coca, y es razonable que Colombia considere todas las opciones para hacer frente al explosivo crecimiento en la producción de coca», dijo un funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.

«La elección de métodos es una decisión soberana de Colombia, pero Estados Unidos cree que la erradicación aérea es una herramienta segura y eficaz», agregó.

La mejor forma de abordar la producción de narcóticos en Colombia, según Washington, es «la erradicación combinada con esfuerzos bien coordinados de todo el Gobierno para proporcionar oportunidades lícitas y decentes para los afectados por esta lacra», apuntó la fuente.

El vicepresidente colombiano, Óscar Naranjo, reaccionó hoy a las declaraciones de Tillerson al asegurar que la aspersión aérea no dio resultado, y que ahora su Gobierno «privilegia la erradicación manual forzosa y la sustitución de cultivos».

«Colombia quiere darse una oportunidad para probar que tenemos en este momento la gran ventaja de poder llegar a sustituir esos cultivos y no hacer lo que hicimos en el pasado», dijo Naranjo en una rueda de prensa. EFE

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