El país se ha enfrascado en estos días en una discusión sobre la reactivación o no de la aspersión de glifosato para combatir las más de 200 mil hectáreas de cultivos ilícitos.

El problema de drogas es una cadena, que empieza con la producción y termina en muerte o rehabilitación del consumidor. No se puede discutir ningún eslabón de dicha cadena sin considerar lo otro, desde el que la produce hasta el niño que la consume.

Por primera vez hablemos de la responsabilidad del consumidor como un agente definitivo de la producción y a lo que dicha producción conlleva que es la muerte, los asesinatos, y, por supuesto, que nuevos niños lleguen a la drogadicción.

Por primera vez hablemos a calzón quitao del tema de las drogas y consideremos este problema como un todo, indivisible que empieza con la producción, sigue con el tráfico, continua con el consumo, casi siempre de un niño, y finaliza con la rehabilitación la muerte de ese niño.

Siempre que se hable de producción separada de los siguientes elabones de la cadena, vamos a tener una visión miope sobre el problema. Y ese ha sido uno de los grandes escollos por los cuales no tenemos la suficiente ilustración y claridad al respecto. Pero hay un segundo gran factor, y es que ha llegado el momento de decirnos la verdad sobre quién es el consumidor de drogas en buena parte, porque el consumidor de drogas no solo es el niño de la calle, no es solo el habitante de la Calle del Cartucho en Bogotá, del Distrito de Agua Blanca en Cali o la Comuna Trece en Medellín.

El consumidor de droga también es el médico, que opera bajo el efecto de la sustancia, también es el periodista, el comunicador que maneja la opinión pública, también es el piloto de avión que todos los días lleva pasajeros, también el camionero que trabaja en las carreteras colombianas. Esos son los consumidores de drogas, que juegan un papel importante cada vez que consumen, compran la sustancia y hacen parte del comercio de la misma y por lo tanto contribuyen a la guerra, la violencia y la muerte de las personas.

Es hora de que todos los partícipes de la cadena, activos y pasivos, discutamos todos juntos. Podemos discutir sobre si usar o no el glifosato para erradicar cultivos ilícitos, pero eso es una cortina de humo que no nos deja ver la realidad de un país que ve aumentar las hectáreas pero también el número de niños que consumen drogas. Y todo en medio de un estado que no crea centros de rehabilitación, que no tiene una política integral de prevención y formación desde escuelas y colegios.

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Redacción Minuto30

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