Si Dios fuera negro, mi compay, todo cambiaría; fuera nuestra raza, mi compay, la que mandaría. Negro fuera el Papa y negro el ministro. Los ángeles negros, negro Jesús Cristo, compay”. Si Dios fuera negro, mi compay, todo cambiaría; fuera nuestra raza, mi compay, la que mandaría. Negro el presidente y el gobernador. Negro el abogado y negro el doctor compay. Así compuso y cantó, en los años setenta del siglo anterior, el fallecido bolerista y salsero boricua, Roberto Angleró Pepín, con el Gran Combo de Puerto Rico. Quiero dejar claro que no pretendo con este escrito ofender a nadie en el sentido religioso, ni menos burlarme de algún rito, mi intención es provocar una reflexión seria y sincera acerca de las creencias del ser humano, teniendo como herramienta la letra de esta canción.

Lo primero que uno debe preguntarse al escuchar tan polémico canto es “¿y… si en verdad dios fuera negro?” Para algunos, tal vez la pregunta no tenga sentido o sea una pregunta necia. Respetando las diferentes opiniones, siempre he creído que en las pequeñas preguntas anidan grandes conocimientos, lo digo porque tengo claro que cuando se acaben las preguntas, se acaba el conocimiento. Es cuestionando aquellas cosas que nos incomodan como llegaremos a crecer en comunidad.

Negro fuera el día, negro fuera el Sol. Negra la mañana, negro el algodón, compay. Si Dios fuera negro, mi compay, todo cambiaría; fuera nuestra raza, mi compay, la que mandaría”. Inicialmente quiero invitar a leer acerca de la Eva Mitocondrial, una mujer africana que en la evolución humana correspondería al ancestro femenino (Eva) la cual poseía las mitocondrias que, de generación en generación, se fueron transmitiendo hasta la población humana actual.

En resumidas cuentas, aduce la teoría que Adán y Eva fueron negros y, que el paraíso terrenal no fue en el Edén en medio de los ríos Tigris y Éufrates, sino en la zona comprendida entre Sudáfrica y Tanzania, continente africano. Para los investigadores de la genética humana, la Eva Mitocondrial marcó uno de los hitos más importantes dentro de la evolución humana, ya que se trata del ancestro femenino más reciente del conjunto de la población actual. No olvidemos que una de las hipótesis científicas más aceptada acerca del origen de la humanidad es que la especie humana surgió en África. Bueno, ahí les dejo ese tema para que indaguen y lean.

Con respecto a la persona de Jesús, es oportuno señalar que, desde el punto de vista antropológico e histórico es incuestionable la existencia de este personaje, así lo demuestran innumerables investigaciones que se han realizado a través del tiempo. Estudios que se han venido recopilando en una disciplina conocida como Cristología.

Personalmente, no cabe en mi cabeza que la mayoría de los cristianos digan saber de Jesús solo por haber escuchado a otros hablar de él, pero no leen, reproducen lo que dicen sacerdotes, pastores o guías espirituales, quienes pretenden explicar los evangelios, pero, en verdad muy poca gente ha leído, comparado y analizado detenidamente los textos bíblicos. “¿Dónde va Vicente? Donde va la gente”. La sociedad debería buscar a un Jesús más humano menos mítico, esto porque Jesús, como judío, no fue ortodoxo, sino que su pensamiento fue liberal y abierto a otras ideas, claro está, respetando siempre el Talmud, texto judío en el que estaban plasmadas las discusiones de los rabinos, tradiciones, costumbres y leyes judías.

Como en aquella época no existían los apellidos, las personas se nombraban por su lugar de origen, de ahí que se diga Jesús de Nazaret, aunque al parecer Nazaret no existió, sino que esta pequeña ciudad fue creada después e incluida en los textos bíblicos. Puede ser más acertado decirle el Galileo, esto porque Galilea era un punto de encuentro no solo para judíos, sino que allí confluían fenicios, árabes, griegos y otros pueblos más.

Como palestino habló hebreo, el cual pudo haberse mezclado con otros dialectos existentes en la época, él como todos nosotros fue una persona normal, común y corriente, que vivió, durmió, comió, sintió hambre, frío y calor como cualquier ser humano. Entenderlo desde lo humano y como humano es parte de esa racionalidad que deben aceptar los seguidores de él, pensar que fue un ser diferente y raro es lo que permite crear falsas creencias adornadas de exageraciones y abusos ideológicos, es allí donde nacen las religiones que él nunca buscó fundar. Jesús pretendió dejar un mensaje, el mandamiento del amor, y redimir un pueblo en la búsqueda del bien común. No importa si fue negro, blanco, alto, bajito, feo o bonito, lo que debe importar son sus mensajes.

Lo peor que puede ocurrirle a un pueblo es caer en el fanatismo religioso. De mi parte y con mucho respeto, invito a leer la carta que el entonces Papa, León X, hijo de Lorenzo de Medici, le envía al cardenal Pietro Bembo, siglo XVI, en la cual le dice “Desde tiempos inmemoriales es sabido cuán provechosa nos ha resultado esta fábula de Jesucristo”. De otra parte, el escritor ruso, León Tolstoi, en su libro, “El Reino de Dios está en Vosotros”, aduce que Jesús fue el padre de la Noviolencia, y que vino a predicar la hermandad, nunca a hablar de religión. Termino aduciendo que no estoy en contra de ningún credo, nunca lo estaría, respeto mucho las creencias de cada cual, pero, sí invito a leer, la lectura es la mejor herramienta contra el fanatismo.

“El azar no existe; Dios no juega a los dados”.

Albert Einstein (1789-1955)

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Redacción Minuto30

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