El miércoles primero de mayo, se conmemoró a nivel universal, el día del trabajo, con movilizaciones a nivel mundial, y en Colombia las marchas fueron multitudinarias, especialmente en la ciudad de Bogotá en donde comenzaron a llegar los trabajadores a la Plaza de Bolívar con sus diferentes organizaciones desde las 9am hasta la una de la tarde, lo cual constituyó un acontecimiento apoteósico, distinguiéndose por su capacidad de movilización la CGT(Confederación General del Trabajo) cuya presencia fue la más numerosa.

Sin embargo hay que hacer algunas precisiones sobre el marco histórico de esta importante fecha: En primer lugar se debe aclarar que los Mártires de Chicago sacrificados hace 133 años, seguían las ideas libertarias de Bakunin y Prudhom que eran contrarias a los sofismas totalitarios, estatistas y burocráticos del señor Karl Marx, quien había sido repudiado por los trabajadores en La Internacional que se disolvió en 1876; por ello es absolutamente necesario esclarecer que los héroes obreros de Chicago, nada tuvieron que ver con el marxismo; así que Engel, Parsons, Spies, Fischer, Fielden, Lingg y Schwab, quienes fueron condenados 4 a la horca y 4 a largas condenas de prisión, nunca hicieron parte del comunismo totalitario.

En último periódico “voz” del partido comunista, hay un titular “Más allá de los Mártires de Chicago”, en donde prácticamente se pretende restarle importancia a la fecha y a lucha que desarrollaron los Mártires, llamado a utilizar el acontecimiento con fines políticos electorales en Colombia, lo que demuestra el oportunismo ante una fecha tan trascendental para los obreros del mundo, que semiológicamente para la humanidad constituye un signo por el acontecimiento, un significado por lo que es, siendo significativo por la importancia y tiene un significante representado en los trabajadores del mundo, que buscan realizar sus reivindicaciones inmediatas e históricas.

En la Segunda Internacional de los trabajadores en el siglo XIX de tendencia Social Demócrata, se proclamó en París en 1889, el primero de mayo como el día Internacional de los trabajadores en homenaje a los sindicalistas anarquistas, que fueron ajusticiados en Estados Unidos por participar en la lucha en la consecución de la jornada laboral de 8 horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y que terminó tres días más tarde, el 4 de mayo en la revuelta de Haymarket. Uno de los dirigentes que estuvo al frente para el reconocimiento histórico en la Asociación Internacional de Trabajadores de los Mártires de Chicago, fue Eduardo Bernstein, un fuerte contradictor del marxismo.

También no hay que pasar por alto que en el año de 1889 cuando, se anunció el primero de mayo como día de los trabajadores, el himno de la internacional comunista, no era reconocido por los obreros y en su lugar de cantaba “la Marsellesa”, siendo impuesto mas adelante “la internacional” por los comunistas totalitarios especialmente Lenin en Rusia, por lo que es un despropósito tratar de obligar al resto de trabajadores a que entonen ese himno, que es promovido por los marxistas, en movilizaciones como la del primero de mayo, constituyéndose en una clara forma de oportunismo y desconocimiento de una fecha tan emblemática.

Estas aclaraciones son pertinentes hacerlas, porque no se puede engañar al movimiento de los trabajadores con el cuento de que el marxismo es la doctrina que deben de seguir los obreros y las masas populares; además buscando imponer un himno que no es del conjunto de trabajadores, sino del sector marxista leninista que por sus principios totalitarios irrespeta la libertad y la democracia y a la vez pisotea el pluralismo que es un fundamento del sindicalismo, cuyos valores son la solidaridad y la independencia ante los partidos políticos, gobiernos y patrones.

Lo anterior nos conduce a un verso de la Biblia, en Oseas 4:6, que dice:” Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”, entonces en una fecha tan especial para las fuerzas productivas humanas, como lo es la del primero de mayo, no se pueden permitir los engaños que impulsan las agrupaciones totalitarias del marxismo que falsean la historia, para lograr fines abyectos, buscando montar una dictadura de la que difícilmente podrán salir las masas y, lo vemos en países latinoamericanos como Venezuela, Cuba y Nicaragua que mediante el genocidio y la represión someten a los pueblos a la miseria, para que la nomenclatura comunista se pueda enseñorear.

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Redacción Minuto30

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