Parodiando la expresión favorita del anodino y espurio inquilino de la casa de Nariño veo que en este momento existen innumerables razones para que el pueblo con justa causa se pronuncie en la marcha del 1 de abril de 2017; 364 días después de la 2016 que llenó las calles de las principales ciudades y que demostró el rechazo que el colombiano le tiene a los acuerdos de impunidad con la mayor organización narcoterrorista de la historia de Colombia.

Ahora tenemos otras acciones de esa camarilla de traidores que se incrustó en la fría capital y que desde las oficinas del gobierno central, las cortes y el congreso quieren imponer unos acuerdos que fueron rechazados por el pueblo el 2 de octubre de 2016 y que en una artera componenda entre magistrados y congresistas todos más untados que vara de gallinero, decidieron instaurar el fast track, como herramienta para establecer la dictadura de quien abrogó la democracia en favor de unos narcoterroristas con una lato poder económico debido a sus negocios ilícitos todos.

Para financiar los sueldos de $ 1´800.000 de los, por ahora, 1200 delincuentes que rearmará oficialmente, el establecimiento y funcionamiento de las zonas veredales en donde se ¿concentrarán? (muchos las abandonan y salen delinquir para después ir a pernoctar), pagar la salud el monto de los salarios que devengarán por no matarnos o extorsionarnos y destinar los rubros para los famosos proyectos productivos y lógicamente coadyuvar al incremento del CVY de los involucrados; el ministro de hacienda inmerso en múltiples escándalos de corrupción (Dragacol, Reficar, venta de Isagén, entre otros), hizo aprobar a finales del año anterior por parte de sus socios de la unidad nacional una reforma tributaria que pretende recoger el dinero necesario para esas adiciones a los gastos del estado. No le alcanzó con las bonanzas despilfarradas.

Caso aparte, pero que tiene mucha validez, es lo que viene sucediendo con las multinacionales y algunas nacionales que contribuyen ya sea a las campañas de reelección o que untan a los funcionarios para que les propicien la adjudicación las obras de infraestructura. Salen a la luz las maromas, componendas y se advierte con claridad los intereses personales de los implicados pero, tanto a exministras como a funcionarios en ejercicio de su cargo, gerentes de campaña, exalcaldes, gerentes de entidades industriales y comerciales del estado, ministros y hasta el que hace el papel de presidente, todos enlodados en estas prácticas, la indolencia de las autoridades llamadas a investigar, juzgar y castigar a estos delincuentes, los mantiene ¿impolutos?, como los califica el tambor mayor.

El incumplimiento rampante de los actores del acuerdo, no liberan los niños, la desmovilización fue parcial y mentirosa, siguen algunos de sus integrantes delinquiendo y supuestamente con su lucha ideológica, la entrega de armas es una obra de ciencia ficción en donde los espectadores son seleccionados y muy prolijos a legitimar las mentiras y en fin toda esa parafernalia que se ha destinado a sostener la falsa validez de un premio, está construida sobre un castillo de naipes que se caerá con la primera brisa que origine una investigación seria e imparcial. De hecho no habrá necesidad de prender un ventilador marca Otto Bula y Martínez y asociados: el primer vientecillo dará al traste con esa comedia inverosímil de una reinserción a la civilidad de unos facinerosos irredentos e irredimibles.

Para completar el cuadro tenemos que de acuerdo con el departamento de estado de Estados Unidos, nos convertimos en el primer país en producción de hoja de coca; un lugar deshonroso para la gente decente pero muy importante para los nuevos prohombres que impulsa el señor de las trampas y la mermelada, además estos son identificados como el más grande cartel del narcotráfico. Y como dice el Alcalde de Medellín tras de gordos hinchados pues estos farsantes se atreven a afirmar que nunca han sido narcotraficantes, lo que parece una incoherencia cuando dentro del acuerdo se estableció que el narcotráfico es un delito conexo con la lucha terrorista que ellos han efectuado en más de 50 años.

Estos son solo algunos de los muchos motivos para salir en cuatro semanas a demostrarle al mundo que el pueblo colombiano no es narcotraficante, ni terrorista, ni connivente con la ilegalidad y es por eso que desde ya hacemos la invitación a todos los medios internacionales para que hagan presencia y den testimonio imparcial del multitudinario rechazo a un farsante que no merece estar en el sitial al que llegó con trampas y sobornos ofrecidos y recibidos.

Postre: Comparten popularidad del 19% el presidente (Yanhas) y las farc (Gallup). No es un descubrimiento sino una constatación del efecto empegotador.

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Redacción Minuto30

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