Alguna vez – el maravilloso – Sigmund Freud dijo: “una fiesta es la violación solemne de una prohibición, un exceso permitido; que más bien termina convirtiéndose en algo obligatorio” Un mensaje un poco complejo que nos llevaría a pensar simplemente que: lo permitido suele volverse obligatorio. Algo así como que las malas conductas son permitidas y en últimas terminan convirtiéndose en conductas obligatorias de la sociedad. Cualquiera se preguntaría, pero ¿Qué tiene que ver esto con la actualidad?

La construcción cultural y política de nuestro país y nuestros vecinos, ha sido construida bajo un sistema estatal para muchos intocable, la Democracia. Sin embargo – a simple vista – dicho sistema político no ha sido tan efectivo como lo esperábamos.

Esta conclusión la determinamos sin ni siquiera preguntarnos si realmente vivimos en una Democracia Representativa completa. En la actualidad hemos identificado ejemplos – como los del Chavismo – para determinar que en la Democracia se permiten cosas que no creíamos permitir o legitimar. Pero lo que realmente deberíamos de determinar, es que los colombianos y algunos vecinos no hemos vivido en una Democracia Representativa completa; hemos vivido en un Constitucionalismo Relativo.

¿Pero qué diablos es un Constitucionalismo Relativo? Bajo mi joven opinión, lo he definido como: La forma de gobierno constitucional en la que el poder se concentra de manera autoritaria o totalitaria en las manos de un caudillo, controlando éste, directa o indirectamente, los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Es decir, la forma de gobierno en la que nosotros – los ciudadanos – creemos con tanta convicción en nuestro presidente o un líder político, que le permitimos hacerse de poderes que en ocasiones no debería tener. Es la forma de gobierno en la que un caudillo sobrepasa los poderes de la rama judicial y legislativa y nosotros lo legitimamos. Un ejemplo claro de ello, la reelección. Un fenómeno que hace ver la Democracia, como si fuera una antigua Aristocracia.

Álvaro Uribe Vélez, duro 8 años en el poder; Rafael Correa, 10 años; Evo Morales, lleva 11 y el Chavismo, lleva 18 años en el poder. Acaso a esto le podemos llamar Democracia Representativa, no; esto es un Constitucionalismo Relativo. Como lo explicaba Freud: lo permitido suele volverse obligatorio.

Pero ¿por qué diablos legitimamos aquello que no está permitido? Yo respondería que tiene que ver con la construcción de un discurso Nacionalista de cada uno de los líderes carismáticos de esta región. El padre de la sociología – Émile Durkheim – decía: “El Estado – en el discurso nacionalista – es aquello que está determinado a ser”.

Pero ¿cómo determinar aquello que el Estado debería de ser? A partir de los sentimientos colectivos. Ese líder se encarga de direccionar los sentimientos colectivos – amor y odio – hacia un solo fin, su fin. El ciudadano deja de actuar bajo conceptos racionales y empieza actuar bajo conceptos emocionales.

Pero ¿cómo lo logran? Fácil, creando una nueva Realidad Ética Construida. En el chavismo – por ejemplo – esa realidad era la lucha en contra del imperialismo Yamkee. En el Uribismo – por ejemplo – era la lucha contra el terrorismo guerrillero.

Así, es como los ciudadanos hemos legitimado y permitido una prohibición, para convertirla en una obligación. Así, es como el pronóstico Sigmund Freud se hace realidad.

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Redacción Minuto30

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