Foto EFE

Decenas de miles de personas salieron a las calles de toda Colombia en un clamor de rechazo a los asesinatos de líderes sociales, que representan las nuevas dinámicas del conflicto armado y que tienen en el punto de mira a quienes alzan la voz por sus comunidades.

Las marchas, que se replicaron en decenas de ciudades del país, fueron convocadas por el movimiento «Defendamos la paz» y tuvieron una voluntad de alejar las ideologías con el fin de unir a todo el pueblo colombiano bajo una sola voz.

Fue por ello que contaron con la participación de los miembros de al menos una decena de partidos de diversas corrientes ideológicas.

Días antes, los movimientos políticos de la izquierda colombiana retaron al presidente Iván Duque y a sus ministros a que salieran a rechazar esta violencia que desangra el país.

A ese llamado acudió Duque en Cartagena de Indias, desde donde reiteró su «compromiso con la causa de la protección y defensa de los líderes sociales» y manifestó que no era un día para «causas ideológicas» ni de «Gobierno y oposición».

La Defensoría del Pueblo cifró en 462 el número líderes sociales asesinados entre el 1 de enero de 2016 y el pasado 28 de febrero, aunque otras organizaciones elevan la cifra hasta más de 700 y las amenazas se cuentan por centenares.

En la capital colombiana marcharon funcionarios de entes públicos como la Defensoría del Pueblo o algunas subsecretarías de la Alcaldía de Bogotá.

Entre las miles de personas que caminaron desde el Centro de Memoria Histórica hasta la Plaza de Bolívar de Bogotá, cargando su inseparable cámara, el fotoperiodista Jesús Abad Colorado marchó y no pasó desapercibido entre las decenas de personas que se acercaron a saludarlo.

El lente de su cámara ha retratado las más atroces escenas del conflicto armado colombiano los últimos 26 años, como tomas guerrilleras, masacres paramilitares y desplazamiento forzado, con un empeño constante en darle voz y dignificar la situación de las víctimas.

«Este es un país que muchas veces ha guardado silencio frente al asesinato de sus líderes, de sus hombres y mujeres que están luchando en el territorio. Una cosa es vivir en Bogotá, Medellín o Cali, pero la gente en nuestros territorios está siendo violentada, asesinada, por lo que están haciendo», explicó a Efe.

Otro de los personajes que participó fue Marino Córdoba, quien sufrió las amenazas en carne propia en 2001 cuando se exilió en Estados Unidos tras sobrevivir a una de las incursiones paramilitares más atroces de la historia reciente del país, la de Riosucio, en el departamento del Chocó, que provocó el desplazamiento forzado de más de 3.500 personas.

Santiago José Sánchez

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Redacción Minuto30

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