Colombia esta quebrada, y la solución no puede ser gravar la papa, el arroz y la carne, pero tampoco puede ser ahogar la inversión. Ni el ciudadano de a pie, ni la empresa generadora de empleo pueden seguir siendo las víctimas de los gastos excesivos de los gobiernos.

El pesimismo y la desconfianza de los colombianos en sus instituciones políticas, sociales y económicas, fue la constante que vivimos durante los 8 años del gobierno del Expresidente Santos, una herencia de desconfianza, con un endeudamiento de la nación, segun la Contaduría, por más de 800 billones de pesos, que representan el 45% del PIB. Y eso sumado a que las vigencias futuras ascienden a 92 billones de pesos, y a la caída del 19% del patrimonio nacional de la nación en 2017 (activo – pasivo) y que el 88, 9 % del PIB representen los pasivos del orden nacional, nos permite alertarnos de que Colombia esta quebrada.

Imaginen que en su hogar, de su salario mensual más del 80% son deudas y gastos y que con el 20% restante, usted tiene que costear salud, educación vivienda, y alimentación de sus hijos. Esa es hoy la situación que vive nuestro Estado.

Santos nos dejó sin recursos para financiar programas sociales por 14 billones de pesos. Hoy faltan mas de 1.1 billones para financiar familias en acción, 3 billones para financiar salud, 2 billones para educación, 0,5 billones para construir vías terciarias, 2 billones para subsidios de energías y gas, 2.1 billones para postconflicto, 0, 6 billones para vivienda y 2,7 billones para otros programas.

Paralelamente, las empresas fueron durante 8 años las más afectadas, la combinación de impuestos de las dos reformas tributarias de Santos aumentaron excesivamente la carga tributaria del sector empresarial, desistimulando la inversión nacional y extranjera. La desconfianza inversionista piso a pasos agigantados durante años nuestro pais, fue como retroceder y volver a la época antes de 2002.

La confianza es un elemento clave del funcionamiento de la economía y de la sociedad, decía en 2010 Steve Knack del Banco Mundial, que la gran diferencia de renta entre Somalia y Estados Unidos se basaba en la confianza de sus ciudadanos en sus instituciones, pues mientras en Somalia la ausencia de normas institucionales hacían un Estado incapaz de generar iniciativas de inversión y empresas, en Estados Unidos la confianza inversionista generaba un aumento sustancial de inversión y creación de empresa.

Durante el 2002 y el 2010 Colombia se volvió atractiva para la inversión, gracias a unas reglas del juego claras, serias y responsables, se generó una especie de garantías de que hoy no se diga una cosa y mañana otra, que sedujeron durante los ocho años del gobierno del Expresidente Uribe a la inversión tanto nacional como extranjera. Confianza que perdimos con la incertidumbre del gobierno del Expresidente Santos.

Hoy hay consenso de que urge recuperar la confianza, generar inversión y empleo formal, pero la realidad, es que para ello no hay otra opción que disminuir la carga tributaria al sector empresarial.

La ley de financiamiento del Presidente Duque acierta sin duda en disminuir la carga tributaria a la empresa generadora de empleo, sin embargo así como la empresa no puede seguir siendo la víctima, tampoco lo puede ser el ciudadano de a pie.La solucion no puede ser gravar los productos básicos de la canasta familiar, pues la clase media se vería gravemente afectada.

El gobierno actual tiene un gran reto, recuperar la confianza que estimule la inversión, y conseguir los recursos para financiar los programas sociales que Juan Manuel Santos dejo en la quiebra, eso si, sin afectar a la clase media.

Entonces, que vuelva la confianza inversionista.

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Redacción Minuto30

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