A estas alturas, seguro ya te diste cuenta de que la sexy maestra de la universidad no tratará de seducirte por haber reprobado su materia. Sin embargo, eso no significa que estés exento de las demás mentiras que cuenta la pornografía. «La mayoría de la gente cree que el porno es solo un reflejo de lo que realmente ocurre en la recámara, indica Ana Bridges, psicóloga de la Universidad de Arkansas, quien estudia los efectos de la pornografía en las relaciones románticas.

Mujeres-ven-pornoLa verdad, es que la pornografía «puede incrementar tu repertorio», explica Bridges, «pero también puede acotarlo». O sea, si tú crees que todos están haciendo lo que ves en la pantalla, puedes creer que esos actos son la definición de buen sexo y terminar limitándote en la cama.

1.- Penetración doble

En un reciente análisis sobre lo más vendido de la pornografía, Bridges determinó que una de cada cinco escenas muestran doble penetración. Aún así, en un estudio a punto de darse a conocer, encontró que solo 3% de hombres y 1% de mujeres han intentado un acto sexual que involucre dos penes. «En la vida real, sería realmente incómodo, si no es que doloroso, para las mujeres», indica Justin Sitron, profesor asistente de sexualidad humana en la Universidad de Widener.

Intenta esto: parte del placer -al menos para los hombres- generado por la doble penetración es lo apretada que se vuelve la vagina. Puedes replicar esto sin la necesidad de pedir refuerzos: simplemente frota tu pene entre sus muslos mientras ella los aprieta fuertemente.

2.- Gemidos todo el tiempo

Si las mujeres pudieran ser tan fácilmente excitadas como ocurre en la pornografía, estarían al borde de un orgasmo todo el día. «Es un éxtasis irreal», señala Bridges. La triste realidad: un estudio de la Universidad Emory encontró que el 75% de las mujeres han fingido orgamos -y lo hacen más si tú te lo crees. Al parecer 20 minutos de gemidos sin parar en la pantalla te hacen más crédulo.

Intenta esto: si tus sesiones de pasión parecen biblioteca en Navidad, sugiere poner pornografía como música de fondo para tener algo de inspiración auditiva, indica Sitron. Si a ella no le agrada la idea, puedes crear una playlist de canciones con letras sugestivas para inspirarlos a los dos.

3.- Diálogos extremadamente «sucios»

Casi la mitad de las escenas en la pornografía popular incluyen apodos, según un análisis de Bridges. ¿Cuál es el punto? «Es un recordatorio de que ella es una chica mala, así que está bien tratarla así», explica. «Las estadísticas del mundo real revelan que 20% de las mujeres han experimentado esto en la cama, casi ninguna lo disfrutó, (¿te sorprende?). «La gente real no disfruta que la traten mal», concluye Sitron.

Intenta esto: Puedes tomar el control de la recámara -incluso verbalmente- sin que tengas que decirle prostituta a tu novia. «Háblale sucio en formato de pregunta en vez de en un formato degradante,» sugiere Sitron. Por ejemplo, pregúntale si le puedes dar una nalgada o jalarle el cabello, lo que sea que quieras intentar. De este modo estarías pidiendo permiso de tomar el control.

4.- Facial

Eyacular en su cara es prueba de que lo que estás viendo es real, explica Bridges. Esto explica porqué los actores porno alcanzan el clímax en todos lados menos en la vagina el 81% del tiempo. Bridges también encontró que dos tercios de la gente han replicado esto, sin embargo y a diferencia del porno: el 80% de las mujeres no les gustó la idea de un tipo terminando en su cara o boca. «La reacción en el porno es muy diferente», indica Bridges.

Intenta esto: para principiantes, no le preguntes si puedes eyacular en su cara 30 segundos antes. «En el calor del momento, es posible que las personas acepten hacer cosas que no les gustan,» explica Sitron. Tómate algún tiempo afuera del cuarto para descubrir lo que no le molestaría. Si no su cara, tal vez su estómago, sus senos o espalda.

5.- Dureza necesaria

Nunca ves un pene flácido en el porno, por lo que te puede dar algo de pena sacarlo cuando sigue medio dormido. «La pornografía creó esa idea de que tenemos que estar excitados desde el momento en que nos estamos quitando la ropa y que ver tu pene flácido es una decepción», dice Sitron. De hecho, la investigación de Bridges demuestra que la mayoría de los hombres que ven pornografía, son más propensos a sentirse inseguros por el tamaño de su pene o por el desempeño de su erección.

Intenta esto: deja de obsesionarte sobre lo que ocurre fuera del cuarto y concéntrate en tu pareja. «Los hombres tienden a ver el sexo como una competencia que tienen que ganar o un juego que hay que jugar, en vez de una experiencia que compartir o una oportunidad para construir confianza» explica Sitron. Deja que el proceso de tener una erección sea parte de una experiencia erótica.


Fuente: menshealthlatam.com

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